Félix Báez Neris
Docente Jubilado de la UPRH
Nació el 22 de agosto de 1930. Estaba próximo a cumplir los 92 años. Fueron sus padres Antero Guzmán (maestro) y Laura Ortega (ama de casa). El matrimonio procreó dos hijos, Alpha y Mildred. Don Atanasio Martínez (alcalde de Humacao por muchos años) fue su hermano de crianza .
Realizó sus estudios en las escuelas públicas de Humacao. Luego estudió en la Universidad de Puerto Rico. Prosiguió estudios en medicina en la Universidad de Salamanca en España. Regresó al Hospital de Fajardo para hacer el internado. Alpha fue veterano de la guerra de Corea. Aprovechó su carrera militar para proseguir sus estudios. Además utilizó la música para ganarse unos chavitos extra para ayudarse con los gasto de estudios.
Fue discípulo del maestro Juan Peña Reyes. Participó en la Banda Municipal. Se destacó como excelente trompetista. Le unió una bonita amistad con la familia Peña (Lito, Miguel, Germán y Jesús). Además se gozó de la amistad de la familia Duclerc (Nito y Paco).
Alpha tocaba varios instrumentos entre otros; violín, guitarra y era un gran percusionista, tenía una clave tremenda para tocar las congas. Y como se sabe su instrumento predilecto fue la trompeta donde se destacó notablemente. Tocó con la banda Municipal, con la Orquesta Copacapana y con Rafaelito Muñoz. Formó junto a su amigo Israel Fabery Carrillo un grupo musical durante su época de estudiante de medicina en España. Integró a otros estudiantes de medicinas de varias nacionalidades; cubanos, mexicanos y dominicanos entre otros. Mantuvo siempre los contactos y amistad con estos compañeros.
Amigo generacional de Joe Vallejo, Israel Berrios, Efraín Faberry con quienes mantuvo una amistad imperecedera. Decía que Joe Vallejo tenía “una especial dulzura al tocar el piano”. De hecho Joe Vallejo y Alpha sacaron pasajes juntos para dar el viaje celestial. De seguro ya deben estar ingeniándose formar una orquesta celestial.
Hizo su reválida en el Hospital de Fajardo y luego vino a trabajar a Naguabo, a principios de 1960. Se destacó como el medico del pueblo. Realizaba visitas a las casas por todos los campos (Maizales, Mariana, El Duque) en fin por todo el litoral naguabeño. Le pagaban 3 dólares por cada visita. Fueron muchas las veces que escuchó decir –Doctor no tengo los tres pesos para pagarle pero tenga este racimo de guineos o esta gallinita. Alpha le contestaba -Después que ustedes me echen bendiciones con eso yo me conformo.
La casa de Alpha parecía una hacienda ya que siempre había gallinas, cabros entre otros animales así como verduras de todas clases. Se trasportaba en un volky por todas aquellas rutas.
Llegando al pueblo de Naguabo se impresionó con el vozarrón de un inquieto jovencito cantante de la Orquesta de Paco Duclerc. Ese jovencito llamado José Luis González (Pompo) se convirtió en su amigo incondicional de toda la vida.
Alpha decide continuar estudios en el Hospital de Veterano para especializarse en radiología.
Una vez obtuvo su diploma montó su oficina cerca de donde está la Cocatedral de Humacao. Atendía su oficina y además trabajaba en varios hospitales como; Ryder, Font Martelo, Hospital Regional, entre otros. Luego trasladó su oficina a la Avenida Monserrate en Carolina. Trabajó desde 1960 hasta aproximadamente el año 2000 donde decide acogerse a la jubilación.
Fue un excelente profesional, dedicado, amable, respetuoso y recto. Siempre tuvo atención especial para los compañeros (as) de trabajo. Servía a todo el mundo con la humildad que lo caracterizaba y con la que se ganó el cariño y respeto de todos.
Se casó con la española Soledad Duran Belinchón. El matrimonio llevaba 66 años al momento de la partida inesperada de Alpha. Procrearon cuatro hijos; Laura, Alpha Jr., Carlmichael y Leslie. Laura (toca piano) y su nieta (toca violonchelo a nivel profesional) heredaron su vena musical.
Viajaba frecuentemente con destino a España, Florida y de regreso a su adorada patria. Vivió en varios pueblos a Naguabo, Carolina, Rio Piedras, Trujillo Alto y a su pueblo natal Humacao. Gozaba de celebrar las fiestas familiares. Fueron muchas las ocasiones que Juan y Camacho amenizaron estas fiestas. Disfrutaba de los encuentros de la Asociación de los Humacaeños Ausentes ya que le ofrecía la oportunidad de compartir con sus viejas amistades.
Tenía una colección exquisita de música. Le gustaba escuchar sus canciones favoritas con los audífonos puestos para captar mejor la esencia musical. Se deleitaba con las melodías de Rafael muñoz, don Felo, Rafael Hernández entre tantos otros.
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