Reseña:
Centro Cultural de Humacao: Dra.
Antonia Sáez
Por Wilma N. Vázquez
El Centro Cultural de Humacao,
nombrado años más tarde, Dra. Antonia Sáez, es uno de los
primeros Centros Culturales en afiliarse al Instituto de Cultura Puertorriqueña
en el año 1957. En esa fecha, en Humacao se establece un organismo
cultural que comienza a implementar los objetivos del plan cultural ideado para
Puerto Rico. Su trasfondo cultural y la labor que comienzan a desarrollar
durante el periodo que comprende la investigación merece ser discutido y
analizado para propósito de nuestro estudio. Antes de proceder con el
mismo, presentaremos algunos datos geográficos de importancia en el tema a
discusión.
Humacao
se conoce como como la “Ciudad Gris,” “Perla del Oriente,” “Ciudad
de los Granos” y “Ciudad Musical”, “Humacao: cuna de grandes
artistas y músicos;” entre otros apelativos. El
primero, alude a la presencia del humo que expedían las centrales azucareras
ubicadas en el área; el segundo, a su ubicación geográfica; el tercero, a la
fábrica donde se procesan los granos para la confección de sus frituras, y el
último, a la trayectoria musical y artística que se desarrolla en su suelo. Los
cognomentos encierran las características humanas y geográficas que distinguen
el desarrollo histórico de la localidad e imparten al pueblo su particularidad.
La
ciudad está localizada en la costa Este de Puerto Rico. Por el norte
colinda con Naguabo; por el sur con Yabucoa, por el oeste, con Las Piedras, por
el este con el Pasaje de Vieques. Consta de trece (13) barrios,
incluyendo el centro urbano: Antón Ruiz, Buena Vista, Candelero Abajo,
Candelero Arriba, Mariana, Mambiche, Collores, Río Abajo, Mabú,
Tejas, Humacao Pueblo, Cataño y Punta Santiago. Su superficie es relativamente
llana, tienen elevaciones en los límites con Yabucoa y Las Piedras. Sus
terrenos son aluviales de gran productividad agrícola.
Es un pueblo costero cuyo suelo ha
sido testigo de la explotación agrícola, basada, principalmente, en el cultivo
de la caña de azúcar y ganadería. Ambas actividades económicas
bajo la dominación española y estadounidense. En el 1878, contaba
con 10 haciendas con maquinarias a vapor y con trapiches de bueyes. Luego
de la invasión estadounidense (1898), se establecieron industrias locales que
funcionaban económicamente bajo la banca de Roig Commercial Bank. En Humacao
existieron dos centrales azucareras de importancia: El Ejemplo (1896-1961),
propiedad de Antonio Roig, y Pasto Viejo (1904-1958), a cargo de un Sindicato
Federal de Humacao.
Actualmente, Humacao cuenta con
fábricas de industria manufacturera y farmacéuticas. Del mismo modo, la
construcción, el comercio al detal, el mercado de los servicios, el cultivo
agrícola, la ganadería y la pesca son fuentes de ingresos para la localidad. Además,
el turismo también nutre su economía. Posee una industria hotelera que se
sostiene de los centros de interés turísticos. Entre los más
sobresalientes se menciona: Palmas del Mar, el Centro Vacacional y el Balneario
Punta Santiago (el Centro Vacacional y el Balneario están cerrado en la
actualidad), Reserva Natural Efraín Archilla, así como de los diversos
atractivos naturales que posee en su territorio. Por otro lado, este pueblo es
la sede del Recinto Universitario de Humacao.
De los 78 municipios que forman a
Puerto Rico, 36 llevan oficialmente un nombre de origen arauaco: Humacao
es uno de ellos. Su toponimia se deriva del nombre del cacique
taíno Jumacao que dominaba la zona. Existen especulaciones
pueblerinas en torno al establecimiento del pueblo. El historiador humacaeño,
Salvador Abreu Vega, realizó una investigación que lo llevó a determinar que la
fundación de Humacao había sido ordenada por el gobernador Francisco Darío y
Granados en el 1722. Oficialmente su fundación data de 1793. Durante
su formación como ciudad, experimentó varios cambios como parte del proceso
histórico de ordenamiento territorial que caracterizó a Puerto Rico. En
el informe realizado por Fray Iñigo Abad en el 1776 se presenta evidencia de la
existencia de pobladores en la zona. Luego de cambios relacionados
con la organización territorial, en el 1881 se le concedió a Humacao el título
de villa y en el 1893 el de ciudad. Años más tarde, con el cambio de
soberanía (1898), el pueblo de Las Piedras fue anexado al de Humacao (1899).
Finalmente, en el 1914, la Asamblea Legislativa de Puerto Rico, reconoció
a Las Piedras como un municipio y desde entonces, Humacao posee la organización
territorial que conocemos.
En el casco urbano se
encuentran los edificios emblemáticos de la arquitectura colonial como testigos
del devenir histórico de la localidad. De ellos, el antiguo
Ayuntamiento y el teatro Victoria merecen especial
atención por la relación al tema investigado. El primero, también
conocido como la Casa Consistorial y Antigua Casa
Alcaldía, responde a la importancia administrativa y económica de
Humacao para los pueblos vecinos del litoral Este durante el siglo
XIX. El hecho es confirmado por la
presencia en la zona del puerto de Punta Santiago, que según el Profesor Félix
Báez Neris, por el desarrollo económico alcanzado, figuró como el primer
puerto de importancia en el área Este durante el siglo XIX y primeras décadas
del siglo XX. El mismo, realizó intercambios comerciales y sirvió de
medio de trasporte para la población. De igual forma, con el apogeo de
las Centrales Azucareras en la región, se creó una Casa Aduanera. Otro
aspecto que contribuye a colocar a Humacao como una ciudad de importancia
económica y social, lo es el uso del ferrocarril como trasporte para pasajeros.
La construcción del Ayuntamiento
finalizó en el año 1849; a partir de entonces, se dedicó a atender los asuntos
relacionados a la planificación y desarrollo, la política, el gobierno y la
historia social del Distrito Departamental de Humacao. En dicho
edificio se llevaron a cabo los planes de desarrollo de Humacao en relación con
su crecimiento urbano y rural. El mismo posee dos plantas, de estilo
neoclásico, rectangular, con muros de ladrillo y mampostería. Está
ubicado frente a la Plaza de Recreo, en la Calle Ulises Martínez. Este
edificio, centenario, ha sido testigo de eventos de importancia histórica como:
la asamblea donde se leyó y analizó la Ley de la Abolición de la
Esclavitud (1873) y el escenario de la invasión estadounidense (1898).
Asimismo, ha sido el centro para reuniones y actividades socioculturales de la
ciudad.
El Antiguo Ayuntamiento es
el edificio más antiguo de la Ciudad y de todo el litoral Este superado solo
por el edificio Museo Conde de Mirasol de Vieques. Este
edificio ha servido a muchos propósitos a través de los años, además de su
intención original. Entre estos se menciona: hospital, salón de
clase y biblioteca escolar, pequeños negocios de comerciantes, lugar de
encuentro de clubes y grupos, salón de ensayo de la Orquesta Saeciana,
sede de la Escuela Libre de Música desde el 1964 al 1972. Operó hasta el 2000, se cerró, por el estado
de deterioro y se convirtió en un edificio enfermo. También fue sede de
la Junta Directiva del Centro Cultural Antonia Sáez y la Oficina Regional de
Centros Culturales del Este. Ante la importancia histórica que posee el
edificio, sus datos históricos fueron sometidos en julio de 1994, ante el Registro
Nacional de Lugares Históricos del Departamento de Asuntos Internos del
Servicio Nacional de Parques del gobierno federal. En la Revista “Ecos
Grises” publicada por el Centro Cultural, se menciona que en gestiones
realizadas por los Representantes de la Cámara, Águedo Mojica y
García Meléndez, “bajó la resolución C.924, que transfiere el edificio
(Antiguo Ayuntamiento), al Instituto de Cultura Puertorriqueña en el 1965. En la misma, se le asignó la cantidad de
$100,000,000 dólares para la restauración y habilitación como Centro
Cultural-Biblioteca y Museo Público;” gestiones que iniciaron en la
década de 1960 para la construcción o rehabilitación de sedes para los Centros
Culturales. En el 2006, pasa el edificio al Municipio para el uso y
usufructo de los humacaeños. Actualmente se encuentra en la fase II de su
restauración. Cabe preguntarnos: ¿Qué pasó con la asignación de los fondos?
Pasaron cuarenta y un (41) años desde que este edificio pasó a ser custodiado
por el ICP y devuelto al Municipio. Conocemos por los problemas económico
que ha pasado Puerto Rico y sus efectos hacia la asignación de presupuesto para
el funcionamiento del ICP, pero nos parece cuestionable los años trascurridos
y la inactividad en la preservación de edificios que forman parte del
patrimonio históricos de Puerto Rico.
El segundo edificio emblemático en el
pueblo de Humacao es el teatro Victoria. El mismo también
está localizado en la Calle Ulises Martínez. Según el Inventario General
de Recursos Arquitectónicos de Puerto Rico:
“la edificación es el primero de tres teatros que presentaron
espectáculos diversos para el disfrute de una sociedad humacaeña que comenzaba
a interesarse por nuevas formas de entretenimiento y recreación, especialmente
en los años posteriores de la Segunda Guerra Mundial”.
La primera edificación se construyó
en madera y zinc entre los años 1917 y 1921. Humacao ha disfrutado a lo
largo de su historia de sus teatros. El primer teatro que se tenga
conocimiento lo construyó don Luis Rubio y para el 1960, don Ignacio Otero
fundó el segundo teatro. Estos escenarios humacaeños se privilegiaron con
la presentación de grandes artistas de renombre, entre ellos: la soprano
italiana Adelina Patti, acompañada de Louis Moreau Gottschalk, el
violinista Brindis de Salas y por supuesto la excelsa pianista humacaeña Anita
Otero, hija de don Ignacio Otero. El teatro surge como parte de un auge
cinematográfico y la afición al cine y el teatro por parte de la clase media
humacaeña. Ha servido como único centro local para las bellas artes desde
su construcción hasta su clausura en el 1964. Sus facilidades
han recibido una variedad de espectáculos artísticos de importancia nacional e
internacional. Entre ellas las presentaciones artísticas como: zarzuelas,
conciertos, violinistas, obras de teatros, entre otras. Las recordadas por el
Profesor Báez Neris son: la soprano italiana,
Adelina Patti y el argentino, cantante de tangos Carlos Gardel.
Dicho artista visitó la Isla en el año 1935, como parte de una gira que
realizaba por Latinoamérica. En dicho teatro Victoria se presenta el 8 de
abril. Es pertinente acotar que durante los días que estuvo en Puerto
Rico, su espectáculo se presentó en los pueblos de Mayagüez, en el teatro “Yaguez”, en
Ponce en el teatro “Broadway”, en Yauco en el teatro “Ideal” en
Cayey teatro “Cayey”, San Juan, teatro “Banderas” e “Imperial”,
en Santurce “Liberty”, “Puerto Rico” y “ San José”
, en Manatí “Atenas”, en Arecibo “ Oliver”, en Río
Piedras “Victoria” en Puerta de Tierra “Eureka”, y en Cataño
“ Rex”. La información expuesta reafirma la presencia de
lugares públicos en donde se presentaban actividades culturales y artísticas en
Puerto Rico a principio del siglo XX. Podemos anotar que los teatros en
Puerto Rico representaban un tipo de casa de cultura viva que conecta a los
puertorriqueños con la apreciación cultural universal. Además del teatro
Victoria, en Humacao existía el teatro Oriente, no
encontramos registros de su actividad sociocultural; y el teatro Otero (1860),
reseñado más adelante en la discusión.
El acontecer desarrollado en
el antiguo Ayuntamiento como en el teatro Victoria es
significativo en la historia del entretenimiento sociocultural de Humacao.
Ambos cayeron en estado de abandono, ante lo cual el Centro Cultural Dra.
Antonia Sáez y otras organizaciones de base comunitaria abogaron en 2014 por el
rescate del centro urbano y la restauración de los edificios señalados.
Actualmente, ambos fueron sometidos al Registro Nacional de
Lugares Históricos, pero no figuran en la lista oficial de
reconocimiento. El edificio que alberga el teatro Victoria también
pertenece al municipio de Humacao. Las autoridades municipales han hecho
un esfuerzo para su preservación, pero solo se ha podido salvar la fachada
porque los cimientos de la estructura se encuentran maltrechos y no soportan su
reconstrucción.
Es importante reseñar el desarrollo
histórico de estas estructuras arquitectónicas, porque a través de ellas
discurre la historia cultural de su pueblo. Además de los edificios
emblemáticos presentados, cuenta con otros de valor histórico: la Biblioteca
Antonio Roig, construida en el 1945 y donada al municipio por la familia Roig;
el Centro de Bellas Artes Ángel Lito Peña, construido en el año 1925, antiguo
tribunal de distrito; el edificio Salvador Abreu Vega, conocido como “La
Casona”; Museo Casa Roig, estructura diseñada en el 1920 por el
arquitecto checoslovaco Antonín Nechodema, comisionado por la familia
Roig. Restaurada en el 1984 por la Universidad de Puerto Rico, a
quien le pertenece en la actualidad, sirve de sede museológica y centro
cultural; la Iglesia Dulce Nombre De Jesús, construida en el 1868, frente a la
Plaza de Recreo. La misma representa uno de los mejores ejemplos de
arquitectura gótica que se conservan en la Isla; la Escuela Elemental Antonia
Sáez, construida a principios del siglo XX, inicialmente, como la Plaza de
Mercado. Esta última estructura, sirvió como institución educativa hasta
el cierre de escuelas en Puerto Rico (2018).
Como observamos, Humacao se ha
distinguido por ser una ciudad vanguardista y desde el siglo XIX, despunta un
crecimiento económico y sociocultural. Precisamente, una de las festividades
centenarias y de gran importancia cultural para los humacaeños es el Festival
de Santa Cecilia. De acuerdo con la historia, Cecilia fue una
doncella que vivió en Roma en los comienzos del cristianismo. Devota y
defensora de su religión falleció de manos del imperio romano, luego de
soportar torturas. Se dice que mientras la torturaban, al sumergirla en
un recipiente con agua hirviendo, esta se mantuvo cantando. De ahí
su nombre de la patrona de los músicos. Según Salvador Abreu Vega,
miembro fundador del Centro Cultural Antonia Sáez, el pueblo de Humacao es el
único en la Isla en donde se celebra un festival musical dirigido a enaltecer y
dignificar a Santa Cecilia. En investigaciones realizadas por el Sr.
Abreu, se señala que, a mediados del siglo XIX, las compañas musicales acostumbraban
a visitar a Puerto Rico y llegar hasta Humacao a la casa de la familia Otero
para compartir con él en eventos musicales. Este humacaeño es reconocido
por su interés y pasión por las actividades recreativas, en especial el teatro.
Se le conoció como “el decano de los empresarios teatrales”.
Para el 1860, el Sr. Ignacio Otero construyó el primer teatro del que
se tuvo noticia en la ciudad. Este dato, también se presenta en el
estudio realizado por Cruz Cuadra en el Inventario de Recursos
Históricos- Arquitectónicos de Humacao. Su casa, según la Dra.
Antonia Sáez, era una especie de Ateneo donde se reunían las personas para
discutir asuntos de actualidad cultural. El Sr. Ignacio Otero,
“es considerado por los humacaeños como un mecenas cultural y el primero en
encender la llama cultural en Humacao”.
En el artículo “Festival de Santa
Cecilia: orgullo íntimo de pueblo provincial”, se presenta la trayectoria
histórica de dicha festividad. Según el artículo, este surge como una
iniciativa del Sr. Otero. Su intención fue recaudar fondos para enviar a su
hija a Paris para desarrollar su talento pianístico. El evento que
propicia la primera actividad en honor a Santa Cecilia, aprovechado por Otero,
es la conmemoración del Centenario de la fundación del pueblo (1893). La
celebración se vio interrumpida por la invasión estadounidense a Puerto Rico en
el año 1898. El Centro Cultural, en su fundación (1957), rescata esta
actividad con la iniciativa del Licenciado Águedo Mojica Marrero.
En el año 1960 se pensó en extender la festividad, pues hasta entonces
solo se reducía a una sola actividad, habiendo sido la primera de un recital
poético a cargo de la declamadora Maricusa Ornés en el 1958. En
1963 la actividad había alcanzado una extensión de siete días. Varios pueblos
de la Isla enviaron representaciones musicales formadas por los más destacados
artistas y músicos puertorriqueños. Como culminación de los eventos se
realizaba una peregrinación con el acompañamiento de las bandas musicales de
Ponce y Humacao hasta el cementerio para recordar y honrar a los músicos
fenecidos. Actualmente, continúa la celebración en el mes de
noviembre, pero se limita a un fin de semana.
Según los documentos revisados,
aseveramos que en el pueblo de Humacao surgió la base para la formación y
estructuración de los Centros Culturales establecidos en los pueblos de Puerto
Rico bajo la dirección del ICP (1955). Es meritorio señalar que, en los
primeros años de la invasión estadounidense a la Isla, la población
puertorriqueña sufre un letargo cultural que responde a la organización
política y la imposición cultural establecida. Aun así, existía tanto en
los humacaeños, como en el resto de la población de Puerto Rico, un espíritu
cultural arraigado como resultado de su formación como puertorriqueños.
Las actividades culturales y artísticas que se desarrollan en este
pueblo, y que guardan estrecha relación con la hipótesis planteada, se remontan
a finales del siglo XIX. En el capítulo anterior, titulado El
Instituto de Cultura Puertorriqueña y Centros Culturales: gestores del
desarrollo cultural de Puerto Rico, discutimos su trayectoria
histórica. Sostenemos que las mismas fueron precursoras en el desarrollo
cultural que se comienza a gestar en la Isla a partir de la creación del ICP y
el establecimiento de los Centros Culturales a partir de 1956. El
Licenciado Águedo Mojica Marrero, en sus escritos señala que, durante
los primeros años del siglo XX en Humacao permeaba un ambiente de dinamismo
cultural que comenzó a finales del siglo XIX.
En la compilación de escritos y
discursos publicados por su hijo, el Licenciado Luis Mojica Sandoz, titulado “Águedo
Mojica: la luminosa entrega”, se presentan datos relacionados a los
inicios y el surgimiento de las primeras agrupaciones culturales en la Isla
originadas en el pueblo de Humacao. En la lectura se indica que afínales
del siglo XIX y principios del siglo XX, el pueblo de Humacao contaba con una
asociación cultural conocida como “Club Ariel”. La organización y
los objetivos de la organización están íntimamente relacionados con las
disposiciones del ICP para la labor de los Centros Culturales. Asimismo,
el Reglamento utilizado para la dirección del “Club Ariel”, es utilizado
como referencia para su implementación y efectividad de los trabajos realizados
por los Centros Culturales. Este hecho, ocurrido en el pueblo de Humacao,
es base para establecer el enlace entre el Club Ariel y la creación de los
Centros Culturales en la Isla a partir de 1956.
Como establecen los escritos del
Licenciado Mojica, en Humacao se vivía la cultura puertorriqueña y las
agrupaciones culturales existente desde mediados del siglo XIX, tenían muy
claro la importancia de su fomento y divulgación. En la entrevista realizada
al Profesor Estanislao “Tani” García Vázquez, miembro fundador del
Centro Cultural de Humacao, nos comenta que la efervescencia cultural continuó
en los corazones de los humacaeños. En el año 1957, un grupo de amigos,
entre ellos Águedo Mojica, se reunían en la residencia del Dr. Jorge
Franceschi, para hablar de lo que acontece en la Isla. En sus tertulias,
se discutía la necesidad de crear mecanismos para la promoción de la cultura
puertorriqueña. El señor García además menciona: “Cuando Águedo nos
hablaba del Club Ariel y de sus actividades, nos daba una emoción grandísima…
estábamos bien motivados.” Al preguntarle a “Tani”, qué
lo motivó a participar en la cultura contestó: “Cuando yo estudiaba la
maestría en la UPR, organizamos lo que llamamos el ateneo universitario, (Asociación
de Estudiantes Universitarios). Fui su presidente y tuve la oportunidad
de dirigirlo. Cuando venía a Humacao, pues traía todas esas ideas culturales y
como era maestro de español, me involucré en todas ellas.” Con estas
expresiones se demuestra que, en Puerto Rico, tanto en los pueblos, como en las
entidades gubernamentales, surgían agrupaciones con interés por el fomento y la
promoción de la cultura puertorriqueña.
Entendemos que este grupo de
humacaeños iniciaba gestiones para organizarse como agrupación cultural en el
año 1957. Cuando se crea el Instituto de Cultura Puertorriqueña (1955), y
la institución comienza con la difusión de su trabajo cultural, la noticia comienza
a divulgarse por los pueblos de la Isla. Apuntamos que en los humacaeños
existía una especie de flama cultural inactiva, que solo necesitaba un
detonante para encender su espíritu de lucha. Entendemos que ese
detonante fue la creación del Centro Cultural Humacaeño. Aseveramos que,
con la labor cultural realizada por este grupo de trabajadores de la cultura,
comienza en dicha población, el impulso en el rescate de las tradiciones
culturales que la distinguen y son dirigidas a desarrollar la valoración y
reafirmación de la cultura puertorriqueña.
1) Hallazgo
documental
Con la misión de lograr los
objetivos de instancia gubernamental, don Alegría comienza a difundir el
proyecto cultural por toda la Isla. En una carta con fecha de 11 de abril
de 1956, Alegría le escribe al Licenciado Águedo Mojica,
informándole sobre los objetivos del ICP en formar Centros Culturales en las
poblaciones isleñas. Le exhorta a reunir un grupo de personas con interés
en el asunto. La respuesta de la comunicación tiene fecha del 27 de abril
de 1956, su contenido es de gran valor para lo que discutimos. En
ella, el Licenciado le informa a la Agencia (Alegría), que reunirá a las
personas el 9 de mayo en el Salón de Actos de la Escuela Superior Ana Roque
de Duprey en Humacao para la fundación del Centro Cultural. En
la carta expresa la esperanza de que sea en el pueblo de Humacao donde se
inicie el primer núcleo del Instituto. Según los documentos examinados y
expuestos, la primera organización cultural en afiliarse a la Agencia es en el
pueblo de Yauco. Lo que podemos certificar y destacar del pueblo de
Humacao es que el Sr. Mojica menciona en dicha carta que busca un Reglamento
que redactó cuando quiso resucitar en Humacao el nombrado “Club Ariel”.
El mismo lo sugiere como referencia para la organización de las
diferentes cédulas del Instituto. Este dato, sostiene nuestro
planteamiento que es Humacao donde surge la base para la organización y
funcionamiento eficaz de los Centros Culturales de la Isla.
Precisamente,
fue Águedo Mojica Marrero quien organiza el Centro Cultural de
Humacao y logra su afiliación al ICP en el año 1957. En una entrevista
realizada al Profesor Estanislao “Tani” García Vázquez, nos menciona los
orígenes de su fundación:
“Debió haber sido allá para octubre de 1957, casi me atrevo asegurar que
el Centro Cultural de Humacao es el primero, lo digo porque Muñoz nombra a
Ricardo Alegría como Director Ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriqueña
y Ricardo Alegría vivía en la Urbanización Floral Park en Hato Rey, una noche
allá para octubre de 1957, fuimos a su hogar don Águedo Mojica Marrero,
Eduardo Ortiz Quiñonez, Justo Méndez y yo, fuimos a visitar a don Ricardo
Alegría y allí, prácticamente se crearon los cimientos del Centro Cultural de
Humacao”.
Como
humacaeño orgulloso de su participación en la labor cultural en la historia de
Puerto Rico, “Tani” afirma que es el pueblo de Humacao el que tienen el
privilegio de iniciar el proyecto cultural del gobierno con la ayuda del ICP,
pero la evidencia documental establece que es Yauco. Además, al preguntarle
sobre quienes fueron los miembros de la primera Junta Directiva del Centro
Cultural, nos menciona con satisfacción:
“Bueno, éramos unos pocos, se encontraba el
Lcdo. Águedo Mojica Marrero, fundador del organismo y primer
presidente del Centro. Fue profesor de filosofía de la UPR en Río Piedras y
abogado; el Sr. Eduardo Ortiz Quiñonez, abogado y contable; la Sra. Carmen
“Mima” Aurora Ortiz, maestra en la Escuela Superior de Humacao; el Dr. Jorge
Franceschi, médico de profesión, trabajó en el Centro de Salud de Humacao; la
Sra. Esther Cuadra de Franceschi, esposa de Jorge, maestra y años después,
Directora de Escuela Superior; el Sr. Elpidio Mojica, empleado
de gobierno, especialmente en la guardia Nacional y muy activo en la
cultura de Humacao; el Sr. Salvador Abreu Vega, escritor, empleado del gobierno
en el Departamento del Trabajo y activista cultural. Actualmente el Centro de
Bellas Artes de Humacao lleva su nombre”.
Este
grupo de trabajadores de la cultura, comenzaron a planificar y gestionar las
actividades como el mencionado Festival de Santa Cecilia, Las Fiestas de la
Cruz, las actividades musicales en la Plaza de Recreo, las dianas por las
calles y el intercambio de bandas musicales, muy famoso en la ciudad. Por
cierto, de la trayectoria musical se origina uno de los apelativos del pueblo “ciudad
musical”. El grupo cultural tuvo la ventaja de tener junto a ellos,
al activista cultural Águedo Mojica. Su conocimiento,
experiencia y dinamismo, llevó al organismo a ser muy activo y reconocido a
nivel local como en todo Puerto Rico. Años más tarde, Mojica trabajó como
Representante de la Cámara y como vicepresidente de dicho cuerpo legislativo
bajo el gobierno dirigido por Muñoz Marín. Una vez sale de la presidencia
del Centro lo sucede el Dr. Jorge Franceschi. En relación con el
desarrollo de las actividades dirigidas por la Junta Directiva del Centro, el
Profesor García menciona que “el hecho de Águedo fuese
Representante y muy allegado a Muñoz, eso nos ayudó en el desarrollo de las
actividades”. El dato expresado nos permite entender el éxito en el
desarrollo de las presentaciones; claro está, sin sacar de perspectiva el
mérito de los trabajadores de la cultura.
Una vez establecido el Centro
Cultural, la Junta Directiva comienza a prestar atención a las costumbres y
tradiciones humacaeñas. Entre ellas retoman la celebración de dos fiestas
populares de importancia histórica-cultural: el mencionado Festival de
Santa Cecilia, y Las Fiestas de Cruz. Con la planificación
y organización de los componentes culturales mencionados, estas
festividades cobran un renovado interés en la población. Destacaremos la
importancia histórico-social de Las Fiestas de Cruz. Esta es
otra de las festividades centenarias, cuya festividad se había interrumpido por
situaciones acontecidas en el pueblo y por los factores señalados en este
estudio. Tomamos la cita del humacaeño Salvador Abreu Vega para su descripción:
“Las Fiestas de Cruz o los Rosarios de la Santa Cruz constituyen una de
las más antiguas expresiones de arte popular puertorriqueño. Son en
verdad un acto de regocijo que halla su expresión festiva enmarcada en un
motivo del sentimiento religioso que le sirve de razón y le da acomodo dentro
de los límites de nuestro acervo cultural”.
Existe una devoción a la Cruz por los
católicos desde los tiempos medievales. De acuerdo con algunos
historiadores en Puerto Rico, esta celebración se inicia en el siglo XVIII.
Según el saber pueblerino la práctica se inicia a partir de un fuerte
terremoto ocurrido el 2 de mayo de 1787, A partir de este evento las personas
comienzan a congregarse en señal de apoyo y solidaridad. Por tradición de
la Iglesia Católica, el 3 de mayo se celebra la Invención de la Cruz.
Entonces el pueblo, con una fuerte vinculación a la fe católica, comienza
a celebrar los rosarios en honor a la Cruz y desde entonces las Fiestas de Cruz
se va asentando con las particularidades de una rica manifestación
folklórica. Aunque a través de los años ha perdido algunos de los
elementos fundamentales con los que se iniciaron, aún
“la celebración consiste en una reunión de personas, pertenecientes a
una comunidad dada, quienes durante nueve noches consecutivas se reúnen en
torno a una cruz adornada con flores y cintas, para entonar una serie de cantos
acompañado de instrumentos musicales. Estos cantos, que contienen la esencia de
la fiesta”.
Según apunta “Tani” “la
participación del pueblo en estas primeras actividades desarrolladas por
nuestro Centro fue una cosa apoteósica, en todas las que organizaba el Centro
Cultural en la Plaza de Recreo, se reunía la inmensa mayoría de la gente del
pueblo para disfrutarlas”. Sin lugar a duda, son estas actividades en
donde se logra que la población humacaeña se involucre en las costumbres y
tradiciones que los caracterizan. La continuidad que se le ofrecen a las
mismas demuestra el arraigo y la valoración adquirido hacia la reafirmación de
su puertorriqueñidad.
En el año que comienzan con dichas
celebraciones, no existía el pareo de fondos que estableció más adelante el ICP
para la presentación de actividades en los Centros Culturales. La Junta
de directores adquiría los fondos a través de las entidades cívicas de la
ciudad. Entre ellas: el Club Rotario, Club de Leones, la Logia
Masónica, el Comercio, el Colegio Regional de la UPR en Humacao y el Complejo
Turístico de Palmas del Mar. Además, la participación de la Asociación
de Humacaeños Ausente, entre los que figuraba la Sra. Antonia
Sáez. La Dra. Sáez desempeñó una participación significativa para la
consecución de las presentaciones durante el periodo estudiado. Según “Tani”,
el municipio cooperaba con una aportación, pero no era suficiente. Asevera: “siempre
teníamos problemas económicos para el desarrollo de las actividades, pero no
nos limitaba para continuar.” Nuevamente de estas expresiones se
desprende la conciencia cultural adquirida por este grupo de gestores
culturales y su interés en cumplir con los objetivos programados de la
Institución.
Establecimos que el Centro
Cultural de Humacao se fundó en el año 1957. Entre los años 1972 al 1974, la
Junta Directiva de ese periodo, en reconocimiento por labor de una mujer
humacaeña pionera en las letras y las ciencias, le otorgan su nombre al
organismo cultural: Centro Cultural Dra. Antonia Sáez. Bajo la
presidencia en periodos alternos entre los años 1963-1975, el Dr. Saúl Delgado,
continúa con las celebraciones de las actividades culturales en la
localidad. En Anales: Revista de la Asociación de Humacaeños
Ausentes del año 1985, se realiza una reseña de la labor realizada por
este humacaeño. Se mencionan varios logros significativos para el
desarrollo cultural de la “ciudad gris”. Entre ellos se destaca: un
local permanente en el 1963 para la sede del Centro en el Edificio Radio
Emisora WALO. El municipio pagó su renta por el alquiler del local hasta
el 1965. En el año 1972, con las acciones de la Junta de Directores, se
logra trasladar dicho Centro al Antiguo Ayuntamiento (Antigua Alcaldía de
Humacao); la edición y publicación del periódico Ecos Grises, cuyo
propósito es dar a conocer gestiones culturales, al igual que el uso de la
emisora de Radio WALO para llevar al pueblo el desarrollo de la labor que se
realiza; el establecimiento del Club de Arte Francisco Oller, donde
comienza la labor artística del Ángel M. Vega Santana; la formación de la
Orquesta Renacimiento, dirigida por el Profesor Tilo Ortiz. Otro de los logros
es el montaje de una exposición permanente de pinturas donadas por todos los
pintores puertorriqueños que pasa hacer propiedad del Centro Cultural.
Además, se consigue la colección completa de todos los carteles
publicados por el Instituto de Cultura Puertorriqueña; el establecimiento de
una Biblioteca con libros donados por el ICP; se logra una campaña
de promoción y se consiguen miembros sostenedores del Centro Cultural.
Toda esta gestión logra la existencia en Humacao de una cultura
puertorriqueña dinámica y activa. Entre los proyectos iniciado por el
doctor Delgado se menciona: dotar a Humacao de su escudo y bandera, conseguir
la Casa Roig para establecer un Museo, proyecto para erigir el monumento al
Cacique Jumacao y conseguir los fondos para la construcción de una
concha acústica; todos ellos completados actualmente.
Al examinar la documentación de las
actividades realizadas por el Centro Cultural de Humacao desde 1956 al 1968
(periodo que comprende la investigación), se observa una promoción y difusión
cultural activa y consecutiva. En la 4ta Asamblea de Centros Culturales,
celebrada el 22 de febrero de 1964, el presidente del Centro Cultural, el Dr.
Saúl Delgado tuvo una participación dentro del programa de actividades.
Entre ellas, se acostumbraba a presentar la ponencia de un presidente de
un Centro Cultural que, por sus méritos y logros alcanzados como líder
cultural, lo posicionaban como ejemplo a seguir para los demás. El Dr.
Delgado tuvo a su cargo la disertación de esta Asamblea. Su tema giró en
torno a ¿Cómo contribuye el espíritu de liderazgo de los directores del
Centro Cultural a mantener el programa de trabajo activo y continuo en la
comunidad? En su presentación, discute las características que,
a su juicio, debe poseer el director de un Centro Cultural. Estas son: “Convencimiento,
abnegación, diplomacia, puntualidad y justicia”. Cada una de
ellas las presenta utilizando como ejemplo la cotidianidad que surge al ejercer
la labor añadiendo en su discurso cómo enfrentarlas para lograr el éxito.
Entre las ideas planteadas, resulta
interesante lo que expone en torno a la relación política existente en Puerto
Rico. Delgado establece que, debido a ésta, la cultura puertorriqueña
se encuentra en peligro de ser absorbida culturalmente por la nación
estadounidense. Además, apunta que, “debemos asimilar lo bueno que nos
llegue y por supuesto siempre conscientes de que lo nuestro es lo primero y no
lo segundo.” Lograr que pueblo desarrolle esta conciencia,
dentro de la particularidad política que caracteriza a la Isla, es una tarea
ardua que requiere de los líderes que dirigen al pueblo, convicción y
organización para lograr el objetivo propuesto. En el mensaje también
expone un dato que debemos destacar. Utilizando como una de las características,
la diplomacia, entiende que poseerla permite la inclusión de fuerzas de índole
económicas que intentan con su poder adquisitivo manipular la gestión cultural.
Asevera que cuando esto surge, una persona consciente, con objetivos
claros y diplomática, puede utilizar ese poder en beneficio de construir y no
destruir. Nos parece revelador porque este tipo de acciones por
parte de los grandes intereses continúan presente a través de las épocas.
Entendemos que solo cuando se está consciente y convencido de
lo que se quiere y hacia dónde quiere dirigirse, todo intento de obstruir se
puede utilizar para cimentar las bases y sostener la nacionalidad
puertorriqueña. Definitivamente, que el Dr. Delgado, reunía las características
que menciona y sus gestiones en la tarea cultural lo certifican.
El Centro Cultural de Humacaeño, bajo
la presidencia del doctor Delgado, comenzó a publicar la revista Ecos
Grises, un vocero formativo e informativo del Centro Cultural. Su
propósito es divulgar las manifestaciones cívicas y culturales de los
humacaeños. La misma comienza a circular en el año 1963. El vocero es un
mecanismo propuesto por el ICP como medio de promoción y conocimiento cultural
en la localidad. En el año 1965, la edición número 5 presenta una
información reveladora para el estudio que desarrollamos. En la sección
editorial, se expone la Resolución aprobada por la Asamblea
General de la Asociación de Alcaldes de Puerto Rico, realizada en el
Hotel Montemar en Aguadilla, el 27 de marzo de 1965. En
ella se “resuelve recabar de la Legislatura de Puerto Rico mayor aportación
económica y todo curso de moral y económicos de los Alcaldes de Puerto
Rico”. Señala el vocero que la cooperación de los alcaldes no se
observa en todos los pueblos, por lo que esta resolución representa la
participación de todos los sectores de la sociedad en el proyecto cultural
gubernamental. En la Asamblea se reconoce la labor realizada por el
Instituto de Cultura Puertorriqueña y se muestra el apoyo económico de las autoridades
políticas en cada pueblo en el desarrollo de las actividades dirigidas a
enriquecer el acervo cultural y enaltecer la puertorriqueñidad.
Entre las actividades de promoción
cultural que realiza el Centro Cultural Dra. Antonia Sáez, conmemoradas
anualmente se encuentran: el natalicio de Juan Peña Reyes (22 de septiembre),
el Festival de Santa Cecilia (22 de noviembre). La festividad se conmemora con
actividades musicales y artísticas en general. Otras de las actividades
es el Homenaje a Julia de Burgos (febrero), el Natalicio de la Dra. Antonia
Sáez (10 de mayo), Homenaje Oriental a la Danza (mayo) y las Fiestas de Cruz
(mayo). Organiza, además, exposiciones de artes plásticas, arqueología,
fotografía, presentaciones de libros, certámenes de oratoria, talleres de
diversos tipos; homenajes a personalidades ilustres de Humacao, conferencias
sobre fechas importantes en la historia de Puerto Rico y del pueblo de Humacao,
así como otros eventos. A través de los años los trabajadores de la cultura han
continuado con las actividades del pasado, pero también han incorporado otras,
que son muestra del activismo cultural que se vive en la ciudad. Además, sin
lugar a duda, es una muestra de la conciencia cultural alcanzada como
puertorriqueños.
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