Los Centros Culturales del Instituto de Cultura Puertorriqueña:
política y promoción cultural desde los pueblos (1955-1968)
Por: Wilma Noemí Vázquez Santana
Descripción: El artículo muestra una perspectiva panorámica de la disertación doctoral realizada
para el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, presentada en dicha Institución
en mayo de 2019. Su contenido expone, a grandes rasgos, los hallazgos que serán recogidos en
una futura publicación.
Establecido bajo la gobernación de Luis Muñoz Marín, el Instituto de Cultura
Puertorriqueña, dirigido por el antropólogo Ricardo Alegría, se encaminó a “contribuir a
conservar, promover, enriquecer y divulgar los valores culturales del pueblo de Puerto Rico”
(Ley Núm. 89. 21 de junio de 1955), lo que se lograría “mediante el estudio y la investigación
del haber histórico en sus múltiples facetas; el estímulo de la obra creadora en sus
manifestaciones cultas, populares y folclóricas; y el quehacer constante, orientado a divulgar,
respetar y enriquecer el legado cultural de Puerto Rico” (Hernández y Alegría 153-254). Para
cumplir con tal encomienda, el ICP creó el Programa de Promoción Cultural para los Pueblos y
con ello, se instituyeron los Centros Culturales en cada Municipio de la Isla.
El estudio sobre el quehacer cultural desarrollado por estas organizaciones comunales en
cada pueblo de la Isla es uno escaso. Entendemos que la investigación sobre el desarrollo cultural
de los pueblos es uno necesario e importante porque aporta al conocimiento del desarrollo
cultural, a las variantes culturales a través del tiempo y la gestión de la sociedad para lograr el
reconocimiento y la reafirmación de su identidad nacional. En la historiografía puertorriqueña
nos encontramos con estudios críticos sobre las políticas culturales surgidas durante la
gobernación de Luis Muñoz Marín para la creación del Instituto de Cultura Puertorriqueña y
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sobre la labor cultural de la Entidad, pero es insuficiente la investigación documentada que
presenta una vinculación concreta y directa con los Centros Culturales.
En mi disertación doctoral, en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el
Caribe, desarrollé un trabajo investigativo titulado “El Instituto de Cultura Puertorriqueña y las
políticas culturales muñocista, el caso de los Centros Culturales, 1955-1968”. El estudio
destaca el significado del trabajo cultural desarrollado por los Centros Culturales adscritos al
Instituto de Cultura Puertorriqueña en la reafirmación, valoración y desarrollo de la cultura
puertorriqueña. Según la tesis planteada, los Centros Culturales figuraron como los medios que
utilizó el ICP para ejecutar la política de Muñoz dirigida a desarrollar la “valoración” cultural.
Estos funcionaron como mecanismos ideológicos que ejecutaron la promoción del proyecto
cultural ideado por el Estado muñocista. Las actividades desarrolladas propiciaron encausar los
objetivos culturales propuestos. Como resultado de las políticas culturales del Estado, se logró el
fortalecimiento de la identidad cultural del puertorriqueño diferenciada de la estadounidense.
El aporte historiográfico de esta investigación plantea categóricamente el alcance de la
labor cultural que desarrollaron estas entidades durante el periodo establecido. De igual forma
analiza e interpreta su proceso evolutivo y las implicaciones en la reafirmación y el
reconocimiento de la identidad nacional puertorriqueña.
Durante el periodo delimitado la legislación cultural muñocista logró desarrollar y
organizar la política cultural para Puerto Rico utilizando como enlace al Instituto y los Centros
Culturales. Bajo el gobierno dirigido por Luis Muñoz Marín se logró la institucionalización de la
cultura puertorriqueña basada en lo que diversos estudiosos del tema han denominado
nacionalismo cultural arraigado en la construcción de un imaginario particular de identidad
nacional. A través de este aporte historiográfico se presenta la relación entre el Instituto de
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Cultura Puertorriqueña y los Centros Culturales como los medios utilizados por el Estado para
promocionar, fomentar y valorar la cultura puertorriqueña.
Entre los hallazgos que nutren esta minuciosa investigación se presenta el trasfondo
histórico que sirve como génesis para establecimiento de la legislación cultural que propicia el
surgimiento del Instituto de Cultura Puertorriqueña y la fundación de Centros Culturales en los
municipios de la Isla. A partir de la invasión estadounidense, comenzó un proceso de asimilación
político-cultural que afectó la población puertorriqueña y a las instituciones gubernamentales, así
como a diversos ámbitos de la sociedad; lo que desarrolló una resistencia a la americanización y
al sistema político existente. Dentro del contexto histórico que acontece y caracteriza a Puerto
Rico, los proyectos (Manos a la Obra, Estado Libre Asociado y Operación Serenidad),
instituidos por Luis Muñoz Marín, influyeron directamente en los cambios políticos sociales,
económicos y culturales del País. Bajo su mandato comenzó a institucionarse la política cultural
del Estado basada en la identidad puertorriqueña como mecanismo de cohesión sociopolítica.
Además, es en esa forja institucional que se originó el ICP, cuerpo cultural que, junto con la
labor desarrollada por los gestores de los primeros centros culturales, resultaron los medios
idóneos para la edificación del ideario muñocista encaminado a la reafirmación cultural
puertorriqueña.
De igual forma, se identificaron los conceptos para el análisis interpretativo del estudio
tomando en consideración la particularidad de la relación política de Puerto Rico con los Estados
Unidos de Norteamérica y las posturas filosóficas de dos modelos teóricos: los estudios
culturales y la microhistoria. La combinación de ambos enfoques teóricos y metodológicos
sustentan las propuestas historiográficas. Esta metodología propicia auscultar cómo el Estado
muñocista creó una ideología nacional utilizando la institucionalidad, lo que contribuyó a
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legitimar su poder y continuar con el proyecto político, social y económico programado. Para el
logro de los objetivos políticos, durante el periodo que comprende los años 1955 al 1968, se
desarrolló un nacionalismo cultural arraigado en la identidad del puertorriqueño, y fueron los
Centros Culturales los medios para la promoción, el fomento y la reafirmación de la cultura
puertorriqueña.
Otro de los puntos destacados gira entorno a los antecedentes históricos que dieron paso a
la legislación y a la fundación del orden social que organizó los asuntos culturales de la sociedad
puertorriqueña. De igual forma se presentan las consideraciones teóricas que dirigieron el
análisis y la interpretación del significado de la implementación de dichas políticas culturales. La
política cultural desarrollada por Luis Muñoz Marín durante su gobierno responde a los cambios
en el Estado Moderno en América Latina y el mundo. Durante ese momento histórico se crearon
las organizaciones internacionales para el estudio y fomento de los asuntos culturales. Entre
estas: la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su organismo auxiliar, la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencias y la Cultura (UNESCO). Esto, unido a la
inestabilidad en todos los órdenes sociales en la Isla, fue determinante para la toma de decisiones
políticas culturales. Durante el periodo gubernamental, Muñoz utiliza la cultura como elemento
unificador con el propósito de reforzar la estructura política gubernamental. Creó un aparato
legislativo que logró la institucionalidad de la cultura mediante el establecimiento de dos
principales instituciones socio-culturales: La División de Educación de la Comunidad y el
Instituto de Cultura Puertorriqueña. Con esta propuesta aseguró la existencia de una identidad
nacional cultural en ausencia de una situación política definida. Queda evidenciado que el Estado
gestó, organizó, patentizó, administró y promocionó la cultura oficial.
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El interés por desarrollar el modelo cultural establecido por el Estado muñocista, no
hubiese proliferado sin el empuje de los Centros Culturales de cada municipio; es decir, los
líderes comunitarios abrazan la idea y la colocan al alcance de los sectores populares,
promoviendo así su implementación. De igual forma se desprende que la atención y el
seguimiento dado por la Agencia a los asuntos culturales y el interés de la ciudadanía en el
fomento cultural en sus respectivas localidades, logró un incremento en el establecimiento de los
Centros Culturales en los municipios de la Isla. La organización establecida entre el ICP y el
Programa de Promoción Cultural para los Pueblos, muestra la intervención cultural directa desde
la Entidad central hacia los Centros Culturales de cada municipio de la Isla. De este modo, las
políticas culturales promulgadas y establecidas por el Estado muñocista, se hicieron presentes en
la formación cultural propuesta para la sociedad puertorriqueña. Además, la investigación revela
que, en los años 1967 y 1968, fecha en que concluye este estudio, no se establecieron Centros
Culturales debido a que los organismos culturales no constituyeron prioridades dentro del plan
de trabajo gubernamental diseñado para mantenerse en el poder político.
Finalmente, se logró identificar una muestra de los primeros Centros Culturales que se
establecieron durante el periodo que comprende esta investigación, tomando en consideración las
diferentes zonas geográficas en las que se divide la Isla. Estos son: en la zona central: Comerio;
en el este, Humacao; en el oeste, Mayagüez; en el norte, Vega Alta y en el sur, Ponce y Yauco.
Las gestiones culturales realizadas por los servidores de la cultura que dirigían estos Centros
Culturales son un ejemplo del acontecer cultural que se desarrolló en Puerto Rico durante el
periodo estudiado. Con su quehacer cultural se alcanzó la organización de la cultura
puertorriqueña; lo que a su vez logró afianzar la permanencia de la personalidad como pueblo a
través del tiempo. El voluntariado que laboró en cada uno de ellos contribuyó significativamente
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a la reafirmación de la identidad y al desarrollo cultural de Puerto Rico. La influencia ejercida
por la Entidad en esos aspectos, permitió rescatar, valorar y definir la cultura puertorriqueña. De
igual manera, con las actividades culturales desarrolladas, dirigidas a conservar, enriquecer,
divulgar y promover los valores culturales del pueblo, se logró instaurar un nacionalismo de tipo
cultural arraigado en la identidad puertorriqueña. Como resultado, se alcanzó la reafirmación del
ser puertorriqueño. Si se repasan cualitativa y cuánticamente las actividades desarrolladas por
dichos Centros Culturales adscritos al Instituto de Cultura Puertorriqueña, es innegable la
conclusión de que estos organismos culturales han realizado una contribución importante en la
permanencia de la identidad puertorriqueña.
El Instituto de Cultura Puertorriqueña y los Centros Culturales son instituciones
establecidas bajo el gobierno dirigido por Luis Muñoz Marín que, con su quehacer cultural
durante los años 1955 al 1968, lograron la reafirmación y el reconocimiento de la identidad
nacional puertorriqueña. Bajo el gobierno dirigido por Muñoz Marín y su legislación cultural, se
logró desarrollar y organizar la política cultural de Puerto Rico. La implementación de la política
cultural, junto al quehacer cultural desarrollado por los Centros Culturales, permitió el
establecimiento del orden social que organizó los asuntos culturales de la sociedad
puertorriqueña. Dentro de la particularidad política de Puerto Rico, unida a las circunstancias
históricas que acontecieron durante el periodo que comprende la hegemonía muñocista (1948-
1964), la cultura fue utilizada por la administración gubernamental del Partido Popular
Democrático, como enlace para lograr los objetivos programados por el Estado.
En el periodo estudiado, el Instituto de Cultura Puertorriqueña utilizó a los Centros
Culturales como medios para patrocinar la política pública muñocista dirigida a desarrollar en el
puertorriqueño la valoración cultural. Estos funcionaron como mecanismos ideológicos que
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fomentaron la promoción del proyecto cultural. Los mismos se fueron estableciendo en los
pueblos de la Isla para canalizar la iniciativa cultural del gobierno. Las actividades desarrolladas
permitieron encauzar los objetivos culturales propuestos. Como resultado de las políticas
culturales del Estado, se logró una homogenización cultural que resultó en el fortalecimiento de
la identidad cultural del puertorriqueño diferenciada de la estadounidense.
En el estudio y análisis interpretativo, encontramos ciertas particularidades que merecen
atención para satisfacer las necesidades de las futuras investigaciones. En primer lugar, la
documentación que se encuentra en el Archivo General de Puerto Rico solo está disponible de
los primeros ocho años: desde el establecimiento del ICP (1955), hasta el año 1963. Los demás
años se encuentran en un proceso de ordenación y descripción por subseries que no ha
finalizado; en segundo lugar, la ausencia de las sedes para albergar los Centros Culturales
provocó que la documentación, el material y el trabajo realizado por los gestores culturales de
cada pueblo, quedara dispersa en las oficinas de los diferentes presidentes que ha tenido el
Centro, solo pudimos encontrar una parte de los documentos que demuestra el trabajo cultural
desarrollado. Aun así, los registros auscultados contribuyeron a forjar una visión general del
acontecer cultural en los pueblos de la Isla dentro del periodo que enmarca esta investigación.
Esta disertación doctoral deja la puerta abierta a una diversidad de posibles estudios
culturales en Puerto Rico. A través de la investigación sale a relucir que existen diversas líneas
de investigación que no fueron abordadas en detalles, porque rebasan los límites de los objetivos
propuestos. Entre ellas: la intervención política en el desarrollo del quehacer cultural de los
Centros Culturales y la asignación de fondos legislativos para la construcción de sedes para los
Centros Culturales. Investigaciones alrededor de estos puntos permitirán entender las
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continuidades y discontinuidades que se presentan en el desarrollo de los procesos políticos,
económicos y socio-culturales en Puerto Rico.
Sin lugar a dudas todavía queda mucha tarea por descubrir y aportar a la historiografía de
Puerto Rico en cuanto a la historia contemporánea se refiere. Son diversos los aspectos que
esperan por ser atendidos para continuar documentando el acervo histórico-cultural de la Isla.
Este documento historiográfico servirá de materia prima para que futuras investigaciones logren
desmantelar las complejas políticas culturales fomentadas por el Estado muñocista. Estos
estudios darán origen a diversos hallazgos que ampliarán los conocimientos para hurgar en el
pasado, comprender críticamente el presente y atisbar el desarrollo cultural de Puerto Rico en la
coyuntura histórica del siglo XXI.
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Bibliografía:
Alegría Ricardo E. El Instituto de Cultura Puertorriqueña: los primeros cinco años (1955-
1960). San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1950.
Hernández, Carmen Dolores. Ricardo Alegría: una vida. San Juan: Editorial
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