El ingeniero
Santiago Maunez, nació en Humacao el 19 de noviembre de 1924. Fueron sus padres
Santiago Z. Maunez y Juana Vizcarrondo.
Casado con doña Josefina Cuadra por más de 60 años, con quien procreó cuatro hijos: Rosa, José Miguel, Margarita y
Gloria. Tiene varios nietos y nietas. A
los nueve años estudio dibujo y solfeo, de hecho es un aficionado al piano y es
pintor de paisajes, vitrales y retratos. Se crio cerca del maestro Juan Peña Reyes y su familia. Con ellos aprendió
solfeo. Aprendió a tocar los primeros acordes de guitarra con el músico
humacaeño Carlos Molina.
En sus años
formativos fue discípulo del ilustre maestro José Ferrer Canales. Le unió por
siempre una hermosa amistad con su querido maestro. Otra persona que influyó en
Maunez lo fue el líder nacionalista humacaeño Félix Feliciano Morales. El propio Maunez nos dice lo
siguiente:
“Félix me enseñó que una bandera
con cinco franjas, tres rojas y dos blancas, con una estrella blanca en medio
de un triangulo azul celeste, era la bandera de mi Patria, la que debía amar
siempre”.
Se graduó a
los 20 años de ingeniero civil en Estados Unidos de América. Los derroteros de
la vida lo llevaron a trabajar como ingeniero civil en el Ejercito de los EUA. Trabajo por
varios lugares del planeta entre otros países Estados Unidos, en la Isla de La
Magdalena, Italia y en el Fuerte Allen,
cerca de Ponce.
Maunez es un
escritor prolifero. Gano el primer premio del Ateneo Puertorriqueño con la
publicación de su cuento El entierro. Además, tiene varios libros
publicados entre ellos la Obra literaria del Padre Rivera, Divagaciones y
una maestra llamada Inés, Cuentos y Divagaciones y Las aguas de mi río
entre otros. Su pluma tiene por preferencia su centralidad en la región de
Humacao.
En sus
columnas publicadas en los periódicos regionales, presenta temas de profunda
reflexión humanista. Son muy valiosa para entender en parte a la sociedad
puertorriqueña. Nemesio R. Canales, Guy de Maupassant y David Thoreau son
algunos de los guías intelectuales que lo inspiran.
En lo cultural
son muchos e importantes los temas que maneja con su culta e intelectual
mirada. Es oportuno señalar su pasión por el quehacer cultural. Su inquieto
intelecto lo llevó por los caminos del arte cultivando la pintura al óleo,
tocando la guitarra y el piano como mencioné y, como tenor del Orfeón de Puerto
Rico y Glee Club de San Juan bajo la dirección del Dr. Bartolomé Bover.
Dotado de esa sensibilidad encausa proyectos culturales notables, como su
colaboración en la producción del video El Regreso. Pertenece al selecto
grupo que encausa la beatificación del maestro Rafael Cordero.
Siente una
gran preocupación por el destino de querida ciudad de Humacao. La ciudad del
silencio la llama. Sostiene que el progreso mató la riqueza de la calidad
humana, trajo el silencio. Nos recuerda con nostalgia Maunez los siguiente :
“Ante éramos más pobres, pero más
humanos…” Reflexiona sobre los logros alcanzados por el progreso de los bienes
materiales y señala lo siguiente: “Vivimos aceleradamente, comemos aceleradamente
y hacemos el amor a toda velocidad, sin romance, porque eso es cosa del ayer,
nos embalamos un saco de drogas para vivir artificialmente y glorificamos a
nuestro dios dinero para que nos resuelva todos nuestros problemas.”
Maunez se
empeñó siempre, en su deseo, de mostrarnos la riqueza y la vitalidad de nuestro
quehacer cultural y resaltar a los hombres y mujeres que nos dignifican como
patriotas. No pierdo oportunidad para señalarnos que debemos ser capaces de
levantarnos de pie de cara a nuestro destino.
De lo que se trata es de construir una sociedad con disciplina y
educación donde cada puertorriqueño pueda soñar a ser “…un hombre libre, de espíritu libre, amante
de la libertad, de la belleza de Isla, de la vida y hacedor de cosas.”
Lo observo con
detenimiento en cada gesto y movimiento.
Sentado frente a la computadora, que se ha convertido en su amiga. Y lo escucho cuando de su boca,
solo salen
malas palabras: Dignidad, amor, valores,
justicia, libertad…
Maunez
Vizcarrondo, a cada paso nos diste una lección, nos deja…una huella grande en
nuestro pueblo. Nuestros ojos no se han
detenido, a observarla en su magnitud y mucho menos a recorrerla y
valorarla. Hoy nos deja un profundo
vació, tu partida, sobre todos para aquellos que atesoramos tu cariño de padre.
Descanse en
paz, querido amigo.
Prof. Félix
Báez Neris
Abril 2012
Humacao,
Puerto Rico
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