lunes, 25 de junio de 2018

Toño Art

------*------A TOÑO ART -----*-----
ESGRIMIENDO SU PINCEL COMO UNA ESPADA
CABALLERO COMO TOÑO NO EXISTIÓ.
DERRAMANDO LOS COLORES EN CASCADA,
ARCOIRIS DE RECUERDOS NOS DEJÓ.
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LAS PAREDES DE MI PUEBLO LUCEN TRISTES
RECORDANDO DEL ARTISTA SU CANDOR.
PERO RIEN ,SIN EMBARGO , PORQUE GUARDAN
EL REGALO DE LAS MANOS DEL PINTOR.
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HOY LA GLORIA SE VISTE DE ALEGRÍA
PUES EL REY DE LOS COLORES ARRIBÓ.
AHORA PINTA SUS MATICES , DÍA A DÍA
ADORNANDO LA MORADA DEL SEÑOR .
---------TONY PINO-------(2/3/2009)


A la memoria Antonio Rodríguez García Toño Art  (1938-2009)

 

El sonido de la motora atrapó mi atención. Su conductor pintoresco viajaba a la misma velocidad. Recorría las calles en calma, no había prisa. La motora de multicolores se desplazaba con un cierto aire a su favor y con sobrada libertad. Iba confundiéndose con el entorno de la hermosa plaza. Mientras se alejaba, aquella escena fue quedándoseme grabada para siempre.

Hoy rendimos homenaje a un amigo muy especial para todos los humacaeños. Yo parto de la escena que le acabo de narrar, de las breves instancias que lo conocí y de la ayuda de amigos que atesoraron su amistad para compartir algunos rasgos de este ser tan especial.  Uno de esos amigos lo es Juan A. Hernández,  Sony como cariñosamente lo conocemos. Me entregó una hermosa foto del pintor humacaeño, Antonio Rodríguez García  y compartió conmigo algunos de los recuerdos que atesora de su amigo.  A Sony y a Toño los unió una profunda amistad desde la década del 60.

 

Los amigos Enrique Kike Torres y Luis F. Carrasquillo en su programa la Esquina Caliente entrevistaron a Toño. Más que una entrevista fue un homenaje en vida a este gran humacaeño.  De manera que agradeciendo la valiosa ayuda de los amigos Sony, Kike y Baby  hilare algunos datos biográficos de nuestro homenajeado.

 

Antonio Rodríguez García,  Toño Art  nació el 3 de diciembre de 1938 en el Barrio Río Cañas de Caguas.  Luego, la familia se trasladó al barrio Cerro Gordo de  San Lorenzo, de donde es oriundo su padre. Su progenitor fue reclutado para la guerra y su familia se traslada a  Humacao. Vino a vivir por el sector de la cuesta de los Jobos, cuando Toño apenas tenía aproximadamente 9 años.  No le gustaba la escuela y desertó de ella sin saber leer ni escribir. De manera que fue más tarde y cuando la necesidad lo obligó que tuvo que  procurarse a través de su vocación autodidacta a aprender a leer y escribir. El maestro King le imparte las primeras técnicas de caligrafía. El atesora las técnicas, las cultivas y las practicas con especial empeño y cariño desarrollando su ingenio y vocación innata.  Se convirtió en ávido lector.  Se gozó de la amistad del sabio maestro  Isabelo Zenón.

 

 

 

En sus años de adolescencia vivió en calle Trujillo donde comenzó a pintar como manera de procurar su sustento. Uno de los primeros rótulos que pinto fue para  Edwin Otero.  El rótulo gusto mucho.  De ahí fue desarrollando un gusto especial por rotular los pequeños negocios del pueblo como Peyos Bar, la Bombonera, El Baratillo entre otros. Siempre que iba a iniciar una obra se llevaba el dedo índice a cabeza, lo frotaba y de ahí surgía espontánea la creatividad.

 

Su firma surgió de la expresión del papá de Chepito Muñoz que se asombró ante su talento y lo bautizó como el Cavallo en honor a un gran pelotero. Finalmente el completa la firma como Toño Art el Cavallo.

 

Toño Art vivió una vida llena de intensa Bohemia. Le encantaba dibujar en las barras del pueblo. Los comerciantes y la gente lo buscaban para los trabajos promocionales. Nunca se preocupó por lo que se le pagaba.  Señaló en la entrevista que le realizaron  lo siguiente; “Me  zumbaba  a pintar en todas las barras del pueblo”.   Le gustaba pintar los colores sicodélicos. La luz, la intensidad, y brillantez se plasman en su obra. Recordó muy emocionado en la entrevista esa época de bohemio y dijo “fue como un sueño,  como un laberinto”.  Disfrutó inmensamente como todo buen bohemio la música ensoñadora de la guitarra.

 

El nombre de Toño Art  evoca humildad. Fue un artista que como  Vicent Van Gogh  no amazo riquezas materiales.  Su vestimenta peculiar lucia los colores de su obra. Lo encumbraba el color que salía desde la punta del pie  hasta la raíz del pelo, con su camisa y pantalón rebrillado a la punta de su pintoresco pincel. Sus colores se me han quedado en la memoria como una ruleta. Esa ruleta social, de la cual todos formamos parte, aunque a veces no nos demos por enterados.

Toño vivió en sectores pobres del pueblo como Trujillo, la Marina y finalmente en el Residencial Padre Rivera. Se apartó en sus últimos tiempos para sufrir y morir en soledad. Se llevó los recuerdos de sus calles y rincones que él pinto. Aquí, aprendió a sufrir y a vivir con su gente. Aquí su mente se iluminó con sus sueños de muchos colores. Otras ciudades como Caguas, Vieques y San Juan lo llamaron pero su amor pernoctó por siempre aquí.  No lo sedujo el espejismo de estas ciudades que lo  convocan a dar el salto.

 

Aunque su alma de pintor de seguro fue tentada con la fuga interior, de aceptar la invitación y dar el paso dispuestos a descubrir otros mundos ajenos. Toño, no permitió que lo sedujeran y fue fiel a su Ciudad que lo vio crecer.

 

Tuvo siempre un compromiso con el deporte y con los niños que amaba de manera muy especial. Ayudó al amigo Miguel Luzunaris a pintar los parquecitos de Pequeñas Ligas para darle el colorido deportivo. De hecho, una de sus últimas obras fue plasmar en la eternidad los nombres de los grandes peloteros humacaeños en el Estadio Néstor Morales.

 

Toño  vivió y murió pobre pero rico en la creatividad pictórica.  Se nos adelanto al viaje eterno el 30 de enero de 2009. Su partida deja el dolor en la gente que lo amó pero su espíritu esta vivó en la obra de los colores que pintan al pueblo. La grandeza de su obra circunda la Ciudad. Le da vida y color. Su mensaje araña el recuerdo y la vivencia de tiempos idos. Imanta la sensibilidad del pueblo. La cercanía de su trabajo a veces imposibilita que su gente se asombrarse ante su obra.

 

Sony me señaló que Toño Art honró la promesa que hizo a su adorada madre. Vestiría siempre con su ropa de pintor. Su ropa como mencioné estaba cubierta por los colores de su pincel.  El pintor del pueblo buscó de la ayuda espiritual en momentos difíciles y encontró la fuerza para enfrentar con férreo temple su condición de salud. Sus hermanas entre ellas Carmen y sus amigos como Sony, Yungo Agosto lo asistieron. Médicos de la calidad humana de Otto Vázquez y del Dr. Agosto lo cuidaron. 

 

Ha partido uno de los pintores más distintivo de nuestra Ciudad.  Sus miles de obras  se encuentran desparramadas por las calles, establecimientos y lugares del pueblo. El amigo Reinaldo Álvarez recogió una pequeña muestra de sus obras paisajista, las carátulas, los rótulos y carteles.  Ahí, están sus pinceladas del alma que como rosas aromatizan el entorno.

 

 

 

 

 

 

 

En vano intentó el desarrollo tecnológico suplantar su pincel. Toño Art gano la batalla. Sí, porque su originalidad, jamás  podrá ser superada.  Su talento se impone a las tendencias tecnológicas  de moda.   La foto de Antonio Rodríguez García Toño Art  se levantará junto a las de las figuras ilustres humacaeñas, para que así podamos recordarlo en la magnitud de su  belleza creadora.

 

Prof. Félix Báez Neris

12 de febrero de 2009

Humacao, Puerto Rico

 

 


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