viernes, 30 de junio de 2017

A la memoria del noble humacaeño Nicolás Agosto de León

A la memoria del noble humacaeño Nicolás Agosto de León




            Hacia el año 1980 yo transitaba la calle aledaña al parque de bomba camino a mi trabajo.  Durante mi ruta en la ajetreada mañana me topaba con la figura pequeña y alegre que saludaba a todo aquel que le pasaba por el lado. Sorpresivamente no aceptaba el pon que le ofrecían, él  prefería caminar. Me saltó la curiosidad por conocer aquella figura tan querida por la comunidad. Me decidí a indagar sobre él. A pregunta mía, alguien me ofreció algunos detalles de su vida, como su vocación patriótica y humana. Me alegré con la información que me proveyeron.


Al paso del tiempo se establece en la Biblioteca de la Universidad de Puerto Rico en Humacao el Centro de Documentación Obrera Santiago Iglesias Pantín. Comencé a indagar sobre las figuras que se destacaron en Humacao en la causa social y política. Me topé con el capítulo de los cadetes de la república del Partido Nacionalista en  Humacao. Ese selecto grupo de espíritu libre los llama mi amigo Santiago Maunez estaba compuesto por hombres y mujeres hechos de una sola pieza. Figuras como Félix Feliciano Morales, Águedo Mojica, Felipe Sánchez, Andrés Cepeda, Pedro Olmeda, Daniel Hernández y Nicolás Agosto, entre otros. Este grupo sufrió persecución, asecho y prisión, por la sencilla causa de defender sus principios y creencias políticas.

Me resultaba difícil de imaginar que aquel hombre enjuto, afable y portador de una sonrisa tan amable fuera parte de aquel férreo grupo que con tanto tesón y dignidad defendió los valores de la identidad patria. Ese grupo es digno del respeto y la admiración porque en su momento histórico defendieron los principios más loables de la patria. Don Nicolás hablaba con voz llena de ternura como si fabricara cada mensaje poniéndole especial simpatía y generosidad a todo cuanto decía.

¿Quién fue don Nicolás Agosto?  Nació en Humacao el 19 de septiembre de 1910.  Fueron sus padres Ricardo Agosto, un humilde quincallero y su querida madre, doña Fernanda. Se crió en el sector humilde de Trujillo. Nunca olvido su estirpe de procedencia humilde. De muy joven abrazó la causa de la independencia; perteneció al  selecto grupo de los cadetes de la república, como les mencioné. Se casó con doña Juana Álvarez. Construyeron su hogar en el selecto sector del Caserío Roig que se fundó para la época del 1938. La comunidad se privilegió de familias distinguidas. Luego se construyó la Extensión Roig, cuna de excelentes deportistas y mejores ciudadanos. El hogar del matrimonio Agosto Álvarez  procreó cuatro hijos. Dr. Juan Ramón casado con Luz Marina Fajardo, Yungo casado con Pawi, Rafia y Milagros casada con Fervando Echendia. Sus hermanos lo fueron Gregorio, Rafael, Guadalupe, Vitico y Aida. A su familia se suma Quiro, hermana de su esposa. Sus hijos lo dotaron de muchos nietos y biznietos los cuales se privilegiaron de su ternura. De hecho, en la despedida del duelo su cuarto nieto que lleva su nombre Nicolás, nos dejó impresionados con sus palabras que brotaron de lo profundo del alma testimoniando su afecto y cariño por su adorado abuelo. Aparte de sus hijos biológicos, dio amparo y cariño junto a su adorada esposa a más de quince hijos de la comunidad.

A estos le sumamos los ahijados y sobrinos que llenaban la casa buscando de su ternura.  Los desamparados también encontraban abrigo en su sagrado hogar. Contaba con unas habitaciones extras para tan humanitarias causas. En la casa de Nicolás el pueblo necesitado recibió abrigo, techo y alimento. De hecho, el amigo Kike Torres recuerda con mucho cariño los suculentos sándwiches con los cuales se deleitaba en casa de don Nicolás. Otros amigos como Serpi Rodríguez nos señalaba lo siguiente: en casa de don Nicolás fue que aprendimos a comer bueno.

Con su acostumbrada elocuencia el amigo Gilberto Rivera Ortiz nos recreó en la despedida de duelo la manera en que la comunidad de Extensión Roig y todo Humacao disfrutaba del Día de Reyes en casa de don Agosto. Todos los seis de enero por más de cincuenta años don Nicolás cumplía con la promesa de Reyes. Obsequiaba con un juguete a los niños pobres de la comunidad, es decir a medio pueblo. Son muchas las generaciones presentes que fueron a buscar su regalo ese día especial. Hoy atesoran en sus recuerdos la ilusión mágica de esa añorada infancia. Estos buenos amigos, no olvidaran jamás aquella figura que destilaba ternura y cariño en ese gesto noble. Así don Nicolás cumplió con su apostolado  humanitario de atender las ilusiones y necesidades de la grey infantil humacaeña. Dispuso del tiempo, del ánimo y la esperanza para hacer realidad el sueño de los niños pobres. Se dedicó en alma, vida y corazón para que cada niño tuviera su apreciado juguete en ese día tan especial. Ese es uno de los actos de mayor desprendimiento y gentileza patriótica escrita en las páginas de nuestra historia de pueblo.

El amigo Adalberto Rodríguez me señala los datos que describen la faceta de Don Nicolás en su desempeño como empresario. De hecho, cuando hoy hablamos de responsabilidad empresarial ya don Nicolás la había establecido a todo lo largo y ancho de Humacao. Fue autodidacta y dedicado y próspero comerciante. Por su vocación de ser tan desprendido Dios lo ayudó siempre para que a su vez ayudara a toda su familia y al pueblo humacaeño.  Estableció un negocio de venta de gasolina conocido como el garaje Shell ubicado más abajo de la escuela Antonia Sáez. Además fue propietario de un establecimiento de venta de piezas de auto en la calle Font Martelo esquina Francisco Vega. Aquí usted obtenía con o sin chavos las piezas para su carro o la firma para ese necesario préstamo. De hecho, si bien muchos cumplieron diligentemente como nuestro amigo Monchito con el pago de los préstamos, otros no lo hicieron.  El empresario Nicolás Agosto llegó a tener una de las carpetas más grandes que la que le fabricó el FBI con las cartas que le enviaba el banco por la cantidad de deudos que no honraron su promesa de pago de los consabidos préstamos.  

Señores, ¿acaso han conocido ustedes caso de desprendimiento más noble que éste? Como les mencioné don Nicolás fue un hombre hecho de una sola pieza. La sinceridad de sus palabras era obvia y su generosidad desbordante. Por eso inspiró la hermosa  carta de su nieta Carmen M. Acevedo que para ese entonces contaba con apenas 10 años. El texto que tuvimos la oportunidad de apreciar  destila una sensibilidad exquisita y señala a don Nicolás Agosto como su héroe. Su amor por los demás era parte propia de su don de gente. También lo era su conciencia de patriota y del orgullo de su origen. Si bien es cierto que don Nicolás pudo haber comprado una residencia en cualquiera de las nuevas urbanizaciones que se levantaron alrededor del pueblo,  nunca abandonó su adorado vecindario que tanto amó. Su valiosa contribución está escrita con nobles letras en los anales de la historia de este pueblo.

Con el paso del tiempo comencé a echarlo de menos en su ruta camino al pueblo por su senda acostumbrada. Ya sus fuerzas físicas minaron su travesía rutinaria. Murió el pasado 17 de julio de 2007.

Hoy se hace imperioso redoblar el esfuerzo del amigo Kike Torres para que se designe la calle que cruza la Extensión Roig con el noble nombre del ciudadano ejemplar Nicolás Agosto de León. De esta manera honraremos su memoria para siempre.

                                               
                                                                        22 de julio de 2007
                                                                        Humacao, Puerto Rico

                                                                        Por. Prof. Félix Báez Neris

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