miércoles, 11 de noviembre de 2015

Racismo y las manifestaciones teogónicas africanas en Puerto Rico Sinopsis de una postura: Isabelo Zenón Cruz



                                               Rafael Ayala Hernández, 04/X/01


           Majestad Negra

Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba
-rumba, macumba, candombe, bámbula-
entre dos filas de negras caras.
Ante ella un congo –gongo y maraca-
ritma una conga bomba que bamba.

Culipandeando la Reina avanza,
y de su inmensa grupa resbalan
meneos cachondos que el gongo cuaja
en ríos de azúcar y de melaza.
Prieto trapiche de sensual zafra,
el caderamen, masa con masa,
exprime ritmos, suda que sangra,
y la molienda culmina en danza.

Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba.
Flor de Tortola, rosa de Uganda,
por ti crepitan bombas y bámbulas,
por ti en calendas desenfrenadas
quema la Antilla su sangre ñáñiga.
Haití te ofrece sus calabazas;
Fogosos rones te da Jamaica;
Cuba te dice: ¡dale, mulata!
Y Puerto Rico: ¡melao, melamba!

¡Sús, mis cocolos de negras caras!
Tronad, tambores; vibrad, maracas.
Por la encendida calle antillana
-rumba, macumba, candombe, bámbula-
va Tembamdumba de la Quimbamba.

Luis Palés Matos, (Tuntún de pasa y grifería, 1937) [1]


                Nada mas adecuado para introducir el tema del racismo en Puerto Rico que “La Majestad Negra” de Palés.  Todo porque su presentación se dá en el contexto del antillanismo que sirve de contexto similar en ocasiones para un fenómeno político, social y cultural que coincide en las Antillas.  Además porque se trata de nuestro poeta mayor – junto Antonio Matos Paoli - y porque recoge un cambio fudamental en nuestra literatura respecto al trato del tema negrista.  Presentación - la de Palés - que no está excenta del rigor de la crítica respecto a los elementos racistas que percolan su poesía negrista, aunque supo justipreciar - aún con la mácula del racismo sublimado – el elemento africano en nuestra sociedad y negrista en nuestra cultura.

                De esa manera dice Isabelo Zenón Cruz [2] – “Narciso descubre su Trasero – que comienzan los vestigios de racismo al referirnos al sintagma “negro puertorriqueño” y no al “puertorriqueño negro”.  Es decir primero es condición distitintiva del negro y luego es puertorriqueño, mientras que con relación al blanco de piel no ocurre lo mismo.  De igual manera el eufemismo es una de las manifestaciones mas comunes del racismo en nuestra sociedad puertorriqueña.  Para evitar usar la expresión negro respecto a raza o color de piel, es común escuchar decir la expresión “de color” para no ofender al negro.  ¿Qué siginifica esa expresión “de color”?.  De color somos todos.  ¿Acaso no es de color el blanco también?  Sin embargo no nos referimos al blanco como de color.  Es por todos sabido que nos referimos a los negros.  Claro está que el carácter eufimístico de dicha expresión conlleva valoración negativa.  Alguien adepto a dicha expresión podría tratar de justificarse explicando que lo hace para no ofender; ¿pero porque habría de ofenderse alguién porque se le llame de negro?  ¿Es acaso que se trata de la raza inferior y podría ofenderse?  o ¿es que si uno es blanco debe ofenderse de que le traten de negro?.  De cualquier manera el racismo es de lo que se trata no importa la forma en querramos explicar la ocultación de la expresión de negro.  Claro está la ocultación misma conlleva el prejuicio.  La carga valorativa tan negativa ya aprendida por siglos -de explotación y desprecio- han llevado al negro mismo a despreciar o querer ocultar su negrura y al menos negro a justificar su divina piedad de no querer ofender al negro llamándole por su nombre.  Precisamente esa gran hipocresía es la que denuncia Isabelo Zenón Cruz, quién se ha convertido -con su trabajo investigativo en la materia- en una autoridad reconocida en nuestra historia reciente.  Ya no se podrá tratar el tema del negrismo en Puerto Rico -seriamente- sin acudir al trabajo invetigativo de Isabelo Zenón Cruz. 

                Como hemos visto respecto a la expresión ocultista del vocablo negro, el eufemismo mismo lleva consigo el carácter racista; pero esa no es la excepción.  El mulato y el trigueño son maneras de eufemismo que se usan para “suavisar” la expresión de negro, cuando en realidad se trata de expresiones mas ofensivas aún como veremos mas adelante.  Lo de mulato se deriba de mula, mientras que el trigueño se deriba del trigo que en realidad es rubio.  Cabe señalar como dato interesante que - aunque no se usa en Puerto Rico - entre cubanos es posible ver cuando el dedo índice de una mano roza el antebrazo de la otra mano indicando el negro como color de piel sin pronunciar palabra que delate la imprudencia de estarse referiendo a un negro.  Entre los dominicanos ellos no son negros; negros son los haitianos –sin entrar a considerar los diferendos políticos entre ellos- que son puros y con muy poca mezcla racial.  Este fonómeno de ocultación es lo que identifica Renzo Sereno en su estudio sicológico del racismo puertorriqueño como criptomelanismo ( tendencia a ocultar la negrura ) adoptado de Williams cuando señala : “According to a specialist (Erick Williams) there is no race problem in Puerto Rico; There is only a problem of color” [3].  El punto de vista de Renzo Sereno ha llevado a varias figuras entre los historiadores y literatos puertorriqueños a adoptar dicha tesis entre los que se encuentra la historiadora Loida Figueroa y el novelista Enrique Laguerre.  Para otros -entre ellos Zenón- dicha postura constituye otra expresión –un tanto mas elavorada intelectualmente- del mismo fenómeno eufemístico del criptomelanismo.  Además decir que el racismo en Puerto Rico es un asunto de color y no de racismo, hace mas cómodo el camino a los hispanófilos a costa de la rabia de los hispanófobos.

                Lo peor de la situación racista en Puerto Rico se manifiesta en el negro mismo –como ocurre con el colonialismo- que se traga la píldora de la inferioridad.  No debe ser sorprendente escuchar a un negro explicar que se casará o se casó con una mujer mas “jincha” dis que para “mejorar la raza”.  Haciendo alusión a dicha autodegradación -estado mental del negro inferior- se explica el título del trabajo de Zenón sobre el racismo en Puerto Rico: “Narciso Descubre su Trasero”. Veamos su propia explicación:

“Herbert Marcuse, en “Eros y civilazación”, hace una interpretación moderna del antiguo mito de Narciso, quién se anamora de sí mismo al ver su rostro reflejado en las aguas; al morir se convierte en flor.  Nos dice Marcuse:

El narcisismo primario es algo más que autoerotismo; abarca el

ambiente,integrando el ego narcicista con el mundo objetivo…La vida de Narciso es la de la belleza y su existencia es comtemplación!

                El negro, nuevo Narciso, hace exactamente lo contrario.  No solo se le hace imposible integrarse al mundo sino también a su propio ser: vive roto, distanciado de sí mismo.  La vida del Narciso blanco es la de la belleza, la del Narciso negro la fealdad; lejos de poder comtemplar el mundo o su ser, vive completamente alienado de su ser y del mundo; o, mejor y más modernamente, vive divorciado de su ser en el mundo.”[4]

Obviamente se mejora lo peor.  Y ¿que rayos debe mejorarse en la raza negra?  Una de las cosas a las que nos referimos con la expresión es a la belleza, además de la nariz y el pelo ensortijado.  Se trata - como en el caso del colonizado diría Franz Fanon en  Los condenados de la Tierra - de la internalización de los valores del colono, que en este caso se trata del europeo blanco.   Es decir que el fenómeno del racismo en nuestra América va cogido de la mano del colonialismo de un lado y de la pobresa producto de la explotación imperialista del otro.  Esto nos conduce a la pregunta de que es ser negro y si ser negro es lo mismo que ser africano, es decir hacer las distinciones necesarias respecto a la negrura y el africanismo que en el caso de los Estados Unidos - comenzando en los años sesenta - se pretendió equiparar : el boxeador Cassius Clay cambió su nombre a Mohamed Ali y acogió el Islamismo como su religión; otros tantos norteamericanos negros regesaron a Africa buscando - sin éxito en su mayoria - sus raíces;  Haley escribió su libro “Roots” presentando el dolor de la esclavitud negra en Estados Unidos.

¿ Que es ser negro en Puerto Rico ?

                Menester es adelantar algunos datos históricos que explican en cierto modo la presencia de africanos en nuestra isla y el trato que se les dió en este medio ambiente durante la colonización.  Con esto no queremos insinuar que haya mucha diferencia con el trato dado a los africanos esclavos en otros lugares de las antillas -lo que es muy similar- sino enmarcar le negrura en el contexto cultural puertorriqueño sobre todo.

                Dice Isabelo Zenón Cruz que “Entre los razgos que identifican popularmente al negro están la piel negra, el pelo crespo y ensortijado, los labios gruesos, la nariz chata y aplastada y las nalgas ampulosas.  El pie plano y la oreja pequeña son menos significativos.  A estos rasgos somáticos tenemos que añadir tenemos que añadir el ‘olor negro’ que la fantasía racista de nuestros poetas ha hecho apestoso” [5].

Aspecto Histórico del Origen del Negro

                Fray Iñigo Abad y Lasierra, religioso esclavista, en la primera historia de Puerto Rico, escrita en el último tercio del siglo XVIII, comenta:

Los mulatos, de que se compone la mayor parte de la población de esta Isla, son los hijos de blanco y negra.  Su color es oscuro desgradable, sus ojos turbios, son altos y bien formados, más fuertes y acostumbrados al trabajo que los blancos criollos, quienes los tratan con desprecio.  Entre esta clase de gentes hay muchos expeditos y liberales para discurrir y obrar, se han distinguido en todos los teimpos por sus acciones y son ambiciosos de honor.
                Los negros que hay en esta Isla, unos son traídos de las costas de Africa, otros son criollos, descendientes de aquellos, sin mezcla de otra casta: los primeros son todos vendidos por esclavos; de los segundos hay muchos libres; con todo no hay cosa más afrentosa en esta Isla que el ser negro o descendiente de ellos.  Un blanco insulta a estos impunemente con las expresiones más vilipendiosas; algunos amos los tratan con un rigor indigno, recreándose en tener siempre levantada la vara de tiranos, de que resultan la infidelidad, deserción y el suicidio.[6]

                En el orden jurídico podríamos decir que en la Constitución de Cádiz, promulagada el 19 de marzo de 1812, los negros esclavos no son ni tan siquiera considerados. [7]  Es decir que “… para poder lograr la categoria de ciudadanos los descendientes de africanos que habitan en América necesitan una concesión especial de las Cortes, fórmula no requerida al resto de los españoles, es decir, los blancos, indios y su descendencia.” [8].   Asimismo el 3 de junio de 1848 aparece publicado en la Gaceta del Gobierno de Puerto Rico el famoso Bando de Prim contra la Raza Africana del cual extraemos los siguientes artículos:

Art. 2do.

Todo individuo de raza africana, sea  libre o esclavo, que hiciere arma contra los blancos, justificada que sea la agresión, será si esclavo, pasado por las armas; y si libre, se le cortará la mano derecha por el verdugo; pero si resultare herida será pasado por las armas.

Art. 3ro.

Si un individuo de raza africana, sea esclavo o libre, insultare de palabra, maltratare o amenazare con palo, piedra o en otra forma que convenga su ánimo deliberado de ofender a la gente blanca en su persona, será el agresor condenado a cinco años de presidio si fuere esclavo, y si libre, a la pena que a las circunstancias del hecho corespondan, previa la justificación de él.

Art. 4to.

Los dueños de los esclavos quedan autorizados en virtud de este Bando para corregir y castigar a estos por las faltas leves que cometieren, sin que funcionario alguno, sea militar o civil, se entrometa a conocer del hecho, porque solo a mi Autoridad competirá, en caso necesario juzgar la conducta de los señores respecto de sus esclavos.

Art. 5to.

Si, aunque no es de esperar, algún esclavo se sublevara contra su señor y dueño, queda éste facultado para dar muerte en el acto a aquél, a fin de evitar con este castigo pronto e imponente que los demás sigan el ejemplo. [9]

Asimismo las clasificaciones que se usaban para referirse a los negros como distintivos eran de carácter zoonómico, no solo en Puerto Rico sino en toda la América Hispana:

        Los mas de los apodos procedían de la folklórica nomenclatura de los animales.  Ante todo , mulato, según la etimología que daba Covarrubias, procede de que la cría de blanco y negra “la comparamos a la naturaleza del mulo”.  Albaraz, del árabe, significa color mezclado de negro y cetrino o rojo, abigarrado, como ciertos leprosos.  Barcino, “dícese de los animales de pelo blanco y pardo y a veces rojizo, como ciertos perros, toros y vacas”; y la voz procede del arábigo baraxa, “manchas en la piel del caballo”.  Cambujos, tratándose de animales menores equivale a “morcillo”, es decir, al nombre que se le daba al caballo de color negro con viso rojizo.  Calpamulo, que se decía del individuo entre negro y albarrazado, era aún mas grocero que mulato.  Coyote derivaba del vocablo mexicano coyotl, “especie de lobo color gris amarillento”.  Cuatralbo se decía del caballo o res que tenía blancos los cuatro pies.  Calfaro era el gavilán de plumaje grisáseo con fajas parduzcas y rojizas; pero, además significaba hombre vago y de mala vida.  Aparte de ser “sinónimo de cabra”, como dice N. León.  Grifo puede referirse a los caballos crespos y enmarañados; pero también a cierto animal fabuloso, medio águila y medio león.  Harnizo se apodaba al hijo de blanco y coyote, con vocablo traído del árabe barón, como baronizo, “caballo que se planta”.  Jarocho, de jaro, que se dice “del animal que tiene el pelo rojizo, y especialmente el cerdo y el jabalí”.  Sambaigo y Zambaigo pueden proceder del vocablo que en el Congo significaba “mono”( nzambu ) y luego se le dió en America a cierto mono con pelaje de color pardo amarillento, “como cabello de los mestizos zambos”, al decir del diccionario de la Academia Española de la Lengua. [10]


                Pavimentado el camino histórico con tales piedras, llegamos a nuestro tiempo reciente para enfrentar el racismo hipócrita contenido en los eufemismos que ya hemos expresado al principio de este escrito.  Así pues caminamos hasta encontrarnos con un negro compositor sobresaliente, prolífero en su expresión artística, atrevido con la vida habiendo alcanzado llegar hasta Hollywood con su baile y su canción.  Se trata del negro que escribió desde óperas hasta “Campanitas de Cristal”.  Se trata del autor de Preciosa – nuestro segundo himno nacional – Rafael Hernández, el jibarito.  Sobre Preciosa dice Isabelo Zenón, “Preciosa no solo advierte que el tirano (Estados Unidos) nos trata con negra maldad cuando lo cierto es que los norteamericanos negros están tan colonizados como los puertorriqueños - negros y blancos -, siendo la maldad por tanto, blanca; sino que también nos presenta una tesis binaria de nuestra cultura, tesis que excluye al negro: ‘ Tienes la noble hidalguía de la madre España / y el fiero cantío del indio bravío lo tienes también ‘.  Y el negro, ¿ dónde está ?  La distorción resulta mas penosa porque es precisamente un negro el que niega la contribución afronegroide a nuestra cultura, es decir, es un negro que se niega a sí mismo; es el negro invisible.” [11]

Distinciones entre lo negro y lo africano


                Todos sabemos que detrás del racismo en está la sobreexaltación del blanco - en detrimento del negro y el indio - desde los comienzos de la colonización, la cual ha dejado rastro hasta nuestros días.  Es mucho mas fácil hablar de “africano” que de negro, conscientes de las distinciones que esto acarrea.  “La contribución del negro a nuestra cultura supera por mucho a la africana e iguala si es que no excede la blanca ( blanca hemos dicho, no española ). [12]
 
                Como hemos visto el empedrado del camino histórico nos ha señalado la inferioridad del negro en todas sus manifestaciones culturales.  El sociólogo Roger Bastide, según lo recoge Zenón, nos habla sobre las diferencias entre culturas negras y culturas africanas, asunto que resulta necesario entender:  “Y así fueron formando, en todas partes, sus propias comunidades, relativamente aisladas, en el interior de una nación que solo les concedía un estatuto de inferioridad; en estas comunidades se dieron unas normas de vida tan distantes de las regían en Africa ( definitivamente perdidas para ellos ) como de las de los blancos, que le negaban la integración.  No hablemos, sin embargo, de ausencia de cultura para esas comunidades de negros, ni de cultura desintegrada.  Ellas se forjaron, en efecto, para poder vivir, una cultura propia, para responder al nuevo ambiente en el que habían de vivir.  Hablemos, pues, de la existencia de culturas negras, al margen de las culturas africanas o afro-americanas.[13]

                El peligro, nos dice Zenón, en cuanto a la distinción - entre lo negro y lo africano – está en confundirlas.  Querer hallar en todas partes razgos de civilizaciones africanas, incluso donde han desaparecido desde hace mucho.  O, por el contrario, negar la presencia africana y no querer ver mas que el negro. 

El tema nos trae al principio de este escrito; a Luis Palés Matos y su poesía negrista.  Hace Zenón acopio de expresiones de nuestro Palés vertidas en el Puerto Rico Ilustrado del 21 de marzo de 1938, p.58.  Dice Palés en ánimo de explicar su propia poesia negrista :

“Nosotros en las Antillas como punto de partida podríamos tomar a Lloréns Torres y a los poetas cubanos Guillén y Ballagas.  Estos poetas con manera personal y distinta, han levantado el andmiaje ideal de una poesía típicamente antillana y están llevando nuestro verso a sus causes lógicos y naturales.  Lloréns sin embargo, se limita a la pintura del jíbaro, campesino de pura descendencia hispánica adaptado al trópico, y hace abstracción de otro núcleo racial que con nosotros se ha mezclado noblemente y que por lo fecundo, lo fuerte y lo vivo de su naturaleza, ha impreso rasgos inconfundibles en nuestra psicología, dándole, precisamente su verdadero sentido antillano.  Me refiero al negro.  Una poesía antillana que excluya ese poderoso elemento me parece casi imposible.  El negro vive física y espiritualmente con nosotros y sus caraterísticas tamizadas en el mulato, influyen de modo evidente en todas las manifestaciones de nuestra vida popular.  En el campo de los deportes impera por su vitalidad, su dinamismo y su naturaleza primitiva.” (enfasis suplido).


                Es evidente que en dicha entrevista se le salen al poeta resabios racistas con pretenciones de blanco antillano.  Referirse al jíbaro diciendo que es de pura descendencia hispánica, es algo mas que un lapsus liguístico.  Reacciona Zenón diciendo: 

                “El negro no se ha ‘mezclado con nosotros’ ni tampoco ‘vive física y espiritualmente con nosotrosporque ni el antillano negro en general ni el puertorriqueño negro en particular son extranjeros en su tierra caribeña o boricua.  El francés, el nglés o el italiano se han ‘mezclado con nosotros’; pero no el negro, porque el negro, lo mismo que el blanco y el indio, es nosotros.  Ni siquiera sería correcto afirmar que es parte de nosotros porque la cultura no es un queso, es una estructura dinámica cuyos elementos forman una totalidad tan integrada que no sería tampoco exacto hablar de elementos, porque la separación de dichos elementos es producto de una abstracción mental que no corresponde a la realidad. Verdaderamente podemos distinguir, pero en realidad no separar. [14] ( enfasis suplidos )

                Hemos hecho incapié en la diferencia entre las visiones de Palés sobre la negritud y las divergencias con la posición asumida por Zenón en vista de que dicho encuentro encierra la esencia del racismo moderno en Puerto Rico.  Sobretodo porque se trata si no ya del poeta nacional - que se reconoce con todos los méritos a Antonio Matos Paoli, recientemente fallecido – sino de un extraordinario poeta que muchos piensan que de no haber sido por la presencia de Matos Paoli, pudo haber sido considerado el poeta nacional.  También porque la sensibilidad atribuida a los poetas hace mas dramática cualesquiera apariencia de falta de objetividad o particularmente cuando se piensa que el poeta debe evitar cualesquiera prejuicios contra la humanidad.  Continua diciendo Zenón :

                No solo falla Palés al negar el nosotros, ( la puertorriquenidad ) al negro, que le pertenece tanto como al blanco, sino al concebir una ‘naturaleza primitiva’ del negro, producto de la imaginación interesada del blanco explotador.  No existe tal naturaleza primitiva, ya que no es una esencia sino una situación nacida de una explotación virulenta, de una vergonzosa y sistemática enajenación que le han impuesto el europeo y el criollo blanco. [15]

                Sobre el particular caso de la internalización del menosprecio o del desprecio del negro - invisible diría Zenón - ausente en Preciosa de nuestro Rafael Hernández, tal vez sea válido una explicación como la que no ofrece Renate Zahar sociológa de la Universidad de Frankfurt :

“La aceptación del esteriotipo racial por los mismos colonizados es un ejemplo típico de profecía autocumplida: debido a que los miembros del grupo dominado, inclinados bajo la presión institucional y personal de la descriminación, desarrollan efectivamente las características que se le han atribuido por prejuicio, ven  confirmados sus prejuicios los miembros del grupo que está en el poder, lo que en principio fuera solo ficción se vuelve realidad, gracias a sus consecuencias.  El proceso se acelera a través de la sanciones y medidas administrativas reales, pero derivadas de la ficción racial: el colonizado es flojo, de ahí la legalización del castigo; no es trabajador, por eso los salarios bajos; es tonto, por eso debe ser protegido para su propio bien; es compulsivo y salvaje, lo cual requiere la violencia policiaca y de la debida severidad,…” [16]

                Así podemos explicar como en la poesía de un mulato puertorriqueño - como lo es Fortunato Vizcarrondo – se dá el fenómeno de un negro acusando a otro de su ascendencia negra.  De su colección de versos Dinga y Mandinga , ¿ Y tu agüela a’onde ejtá ?

Ayé me dijijte negro
Y hoy te boy a contejtá:
Mi mai  se sienta en la sala,
¿ Y tú agüela, a’onde ejtá ?

Aquí el que no tiene dinga
Tiene mandinga… ¡ja, ja!
Por eso yo te pregunto
¿ Y tú agüela a’onde ejta ?

Religión

                El fenómeno de la explotación en colonialismo obviamente alcanza todos los aspectos culturales sin hacer excepción de la religión.  Le era vedado al negro parcticar su religión so pena de ser acusado de brujo y por consiguiente eliminado de entre los vivos.  Pablo Garrido famoso folklorista chileno, comenta:

“…es importante advertir que la población negra de Puerto Rico,
proveniente de los grupos étnicos yorubas, ibos, igesás, takuas y
eqquedos ( los que solo se repiten en Cuba y en Brasil ), no manifiesta
supervivencias teogónicas de las culturas africanas originarias.  No
puede decirse lo mismo de Cuba o Brasil, donde la religión yoruba
se formula en muy extraños sincretismos y aún cuando es objeto de
constante represión, está en pleno ejercicio. [17]

                De manera que aunque fueran similar la introducción de negros africanos en el caribe lo cierto es que existe una aparente represión mayor en Puerto Rico -o tal vez mayor éxito- al extremo que no nos deja huella tan clara de las religiones africanas en Puerto Rico contrario a lo oacurrido en Cuba y Brasil.  Sobre los modos de represión en Puerto Rico respecto a la conducta religiosa dice Zenón lo siguiente:

“Los modos de operar dicho racismo son numerosísimos.  Destacan entre otros, los siguientes: (1) desdén por la aportación africana a la cultura religiosa puertorriqueña  (2) desprecio a las eexpresiones religiosas consideradas – erradamente – privativas del negro  (3) limitaciones al ministerio eclesiástico  (4) desaliento al ‘yugo desigual’ que supone el matrimonio mixto  (5)  registros bautismales y matrimoniales diferentes para los negros y los blancos  (6)  apoyo a los colonialistas blancos contra los colonizados negros e indios  (7)  educación religiosa diversa para negros y blancos  (8)  falsas e interesadas interpretaciones bíblicas.” [18]

                El menosprecio de la aportación africana a la cutura religiosa puertorriquena se evidencia además en la burla que merece en ciertos círculos la santeria afrocubana que se desarrolla en Puerto Rico. [19]  Según nos informa María Cadilla de Martínez:

“La Inquisición, establecida en Puerto Rico desde 1519, tuvo sus períodos de persecusión de herejes, entre ellos, de hechiceros.  En 1541 al hacerse cargo del obispado de la isla Fray Nicolás Ramos y Santos, protegido de Felipe II, le fueron denunciados unos negros brujos que fueron quemados vivos por el Santo Oficio.  La comunicación con el prelado daba cuenta al Rey del suceso fechada el 23 de julio de 1549, decía: ‘descubrí una gran compañía de negros y negras brujos que trataban y se tomaban del demonio en figura de cabrón.’ ” [20]

Continúa diciendo Zenón, “Muy cerca del desdén a la aportación religiosa africana está el desprecio por expresiones religiosas que se consideran exclisivas de los negros, como lo sonel baquiné, el santiguo, y la brujería.  Gordon K. Lewis en su famoso libro Puerto Rico: libertad y poder en el Caribe formula lo siguiente: ‘En el campo de la religión, a su vez, adimitidamenteexiste la tentación de parte de grupos de tez clara e identificar la brujería y la magia con grupoe negros.’
                Lo mismo podemos decir de la curandería, el espiritismo, y el baquiné.  De hecho existe una asociación popular entre Guayama, Santurce y Loíza con la brujería; son poblaciones donde existe una gran proporción de negros.” [21]

                Cabe señalar que a pesar de el baquiné y el santiguo son acusados popularmente de exclusividad negrista esto no parece ser del todo cierto como veremos ;

“El Baquiné es una modalidad del rosario cantao que celebran en ocasión de la muerte de un niño de color.  Se le llama florón cuando el difunto es un niño blanco.  La ceremonia es mas festiva que devota.  Se inicia en las primeras horas de la noche y se prolonga hasta el amanecer.  En el desarrollo de la ceremonia se entonan cánticos, se narran y dramatizan cuentos, se hechan adivinanzas, etc.  Reina un ambiente de alegría.  La actitud festiva se justifica por razón de haber muerto el niño sin pecados y además es ya un angelito que estará en el cielo para velar por todos sus familiares y conocidos.  Se convierte en un ángel tutelar según la creencia.

                Cada comuidad desarrolla sus actividades folkloricas en armonía con su propia idiosincracia, aunque a veces encontramos que grupos diferentes tienen razagos en común.  El baquiné no escapa a esta tradición.  La siguiente es una estampa de baquiné muy familiar: El angelito yace en una mesa cubierto con sábanas blancas y muy limpias.  Si es una niña además de empolvada, la criatura lucirá cosméticos en su faz.  Para lo demás no importa el sexo, lo mismo a una niña que a un niño muerto, lo adornaran con flores de pies a cabeza.  Lleva siempre en la boca un clavel rojo o blanco o una siempreviva.  A veces le ponen una corona de flores blancas en la cabeza.” [22]  

Brujería, curandería y espiritismo

                “Manuel  A.  Alonso, en su romance jibarista, señala que Cangrejos (Santurce) fue la tierra de brujos y hoy no lo es.  Sin embargo todavía se vincula a Santurce, Loiza y Guayama a la brujería.  También las Islas caribeñas de población esencialmente negra se vincula a la brujería y a la curandería.  La gente confía más en un negro espiritista que en un blanco espiritista.  Temen mas a los brujos negros que a los brujos blancos.  Las plantas que receta una curandera negra son más virtuosas que las que receta una curandera blanca.  Una de las formas mas efectivas que tienen los negros de adquirir respeto en nuestra sociedad es por medio de las prácticas espiritistas que no están del todo separadas de la brujería y de la curandería.  Las diferencias no son esenciales aunque la gente llama ‘espirituaos’ a los espiritistas que se dedican a la ‘brujería’.  Dicen que los espíritus son enemigos de las prácticas brujeras.  Sin embargo, se distingue entre espíritus atrasados y espíritus adelantados, los primeros pueden incluir el ‘mal’, que entre espiritistas tiene el nombre técnico de ‘brujo’, ‘daño’ o, en palabra africana ‘yacó’.” [23]

Sobretodo es menester tener claro que el hecho de que no exista evidencia que demuestre la pureza de las religiones africanas en Puerto Rico – como claramente se reconoce de Cuba y Brasil – no es suficiente razón para negar la negrura cubriéndola de posibles explicaciones superfluas.  Pablo Garrido ha dicho algo silmilar :

“Así presentado el cuadro étnico, ha de admitirse, que si lo indígena fue arrasado de raíz en los propios albores de la Conquista y de las culturas africanas no hay más supervivencia que la pigmentación, las posibles hibridaciones y formas parasitarias en el catolicismo o son inexistentes o son mera aventura intelectual.  Ni las máscaras que suelen usarse en Loíza Aldea para las celebraciones de Santiago Apóstol, ni los cantos de ‘baquiné’ que entonaban en los velorios de angelitos, ni los ‘repiques’ o redobles en los tambores llamados bombas ( macho y hembra ) son ni siquiera tipológicamente africanos, ya que sus manifestaciones aparecen igualmente en muchos pueblos totalmente ajenos e  ignorantes de las culturas africanas.” [24]

                La respuesta de Zenón a esta posición casi negatoria de la harencia cultural africana en nuestra cultura es la siguiente :

                “Aunque necesita mayor meditación nada tenemos que objetar a la tesis de que no hay supervivencias teogónicas pero sí a la idea gratuita de que no quedan de las culturas africanas mas supervivencias que la de la pigmentación de la piel y que las posibles hibridaciones y formas parasitarias en el catolicismo o son inexistentes o son mera aventura intelectual’Su argumentación de que las máscaras en la Fiesta de Santiago, el baquiné y los toques de tambor no son ‘tipológicamente africanos’ no son razón que convenza a nadie.  Que no sean tipológicamente africanas no quiere decir que las manifestaciones que se dan concretamente en Puerto Rico no sean africanas o sean ajenas a la influencia afronegroide.  Existe una antigua norma científica formulada por el filósofo medieval Ockham aplicable a este caso.  No se deben multiplicar los entes ni las ideas.  Habiendo existido gran flujo poblacional de Africa a Puerto Rico, si permanecen expresiones culturales africanas que coinciden con otras de otros lugares que no tuvieron contacto importante con nuestro país, entonces basta con el ente o idea de cultura africana para explicar su supervivencia y no crear explicaciones con entes o ideas supefluas.” [25]

                Tal vez de  las pocas prácticas teogónicas sobre las que hay coincidencia sobre su origen africano es el ‘santiguo’.  Anota Zenón que la tesis que se sigue a este respecto -siendo la mas favorecida- es la de Arana Soto, quién sostiene que el ‘santiguo’ es costumbre puramente negroide.[26] Un poema de Fortunato Vizcarrondo recoge la tesis de Arana en dos sentidos, como expresión de gente negra y como algo digno de muy poco respeto, según se desprende del tipo de empache, el indiscreto viento y el cobro final:

El Santiguo

Prima Antonia aquí le traigo
El nene e’comai Panchita;
míreme a bé lo que tiene
y me dice cuanto quita.

al cielo estrellado
ruega por tus padres
y por tus hermanos.

No lo llores madre
no lo llores más
mira que le tienes
las alas mojás.

                (Poesía popular de Puerto Rico, p. 335, 339)

Hemos presentado esta sinopsis sobre el racismo en Puerto Rico sin mayor pretención que la de ser un mero vistazo de un tema muy profundo y que ha causado tanto dolor –por su crueldad- entre nuestros congéneres según surge de los versos apócrifos –recogidos en el trabajo de Zenón- que presentamos a continuación:

El negro por justa ley
y por su mala conducta
debe andar con una tusa
limpiándole el culo al buey

                Aunque parezca un poco extraño, el dolor al que hacemos referencia se recoge en un poema de Luis Palés Matos en el siguiente:

LAMENTO

   Sombra blanca en el baquiné[27]
tiene changó[28], tiene vodú[29].
Cuando pasa por el bembé[30]
daña el quimbombó[31], daña el calalú[32].

   Al jueguito[33] va su zombí[34]
derribando el senseribó[35]
y no puede el carabalí[36]
ñañiguear ante Ecué[37] y Changó…
¡Oh papá Abasí[38]!
¡Oh papá Bocó[39]!

   En la macumba[40] siempre está;
en el candombe se la ve,
y cuando a la calenda[41] va
contra su ñeque[42] no puede na
ni el infundio del Chitomé[43]
ni el muñaga[44] del Papaluá.

   Sombra blanca que le negro ve
sin aviso del Gran Jujú[45]
donde quiera que pone el pie
suelta el mana[46] de su fufú[47].

  Hombre negro triste se ve
desde Habana hasta Zimbambué,
desde Angola hasta Kanembú[48]
hombre negro triste se ve…
Ya no baila su tu-cu-tú,
al -adombe gangá mondé[49]-. [50]

                                Luis Palés Matos, (Tuntun de pasa y grifería – 1937)



   




[1]               Mercedes López Baralt, La Poesía de Luis Palés Matos, (edición crítica), Editorial UPR, 1995, p.536
[2]               Isabelo Zenón Cruz, humacaeño, profesor en UPR hasta hace poco en donde dictó por años un curso sobre “El Negro en la Literatura Puertorriqueña” .  Ha ofrecido incontables conferencias y participado en varios simposios, dentro y fuera del país, espeicíficamente en República Dominicana y Estados Unidos.  Ha publicado en revistas y periódicos del país como Guajana, Educación, Llama, Humacao y Ecos Grises.  El Departamento de Educación editó su libro El anhelo de la inmortalidad del alma en Unamuno.  Es el estudioso por excelencia y por antonomacia en Puerto Rico del tema del puertorriqueño negro.
[3]               Renzo Sereno, Criptomelanismo, pág. 261
[4]               Isabelo Zenón Cruz,  Narciso Descubre Su Trasero (El Negro En La Cultura Puertorriqueña), Editorial Furidi, 1975, Vol. II, p. 18
[5]               Ibid., Vol. II pág. 30.
[6]               Abbad y Lasierra, Fray Iñigo, Historia, geografía, civil y natural de esta isla de San Juan Bautista de Puerto Rico, p. 182-183.
[7]               Lidio Cruz Monclova, Historia de Puerto Rico (Siglo XIX). Vol. I, p. 59.
[8]               Isabelo Zenón Cruz, Op. cit., Vol. I, p.26.
[9]               Cayetano Coll y Toste, Historia de la esclavitud en Puerto Rico, p. 79-82
[10]             Fernando Ortíz, art. “Raza” voz de mala cuna y de mala vida, p. 95
[11]             Isabelo Zenón Cruz, Op. cit., Vol. I, p. 43 – 44.
[12]             Isabelo Zenón Cruz, Op. cit., Vol. I, nota al calce núm. 51, p. 45.
[13]             Isabelo Zenón Cruz, Op. cit., Vol. I, nota al calce núm. 51, p. 45.
[14]             Isabelo Zenón Cruz, Op. Cit. Vol.1, p.47
[15]             Ibid., p. 48
[16]             Ibid., p. 48, citando a Renate Zahar, Colonialismo y enajenación
[17]             Pablo Garrido, Esotería y fervor populares de Puerto Rico, p.26-27
[18]             Isabelo Zenón Cruz, Op. cit. Vol. I, p. 204
[19]             Ibid., p. 206
[20]             María Cadilla de Martínez, La poesía popular en Puerto Rico, p.328
[21]             Isabelo Zenón Cruz, Op. cit. Vol. I, p. 207
[22]             Zenón, Op cit. Vol. I, p. 208
[23]             Ibid. p. 215
[24]             Pablo Garrido, Esotería y fervor populares de Puerto Rico, p. 26-27
[25]             Zenón, Op. Cit., Vol I, p. 205
[26]             Ibid. p. 212
[27]             Baquiné: velorio de un niño negro
[28]             Changó: dios del rayo y el trueno de los negros brujos de Cuba.  Corresponde a la Santa Bárbara cristiana
[29]             Vodú: religión hermética de los haitianos, adoradores de la serpiente, introducida del Dahomey
[30]             Bembé: reunión o fiesta de los negros mayomberos y brujos de Cuba, en donde se prepara lo que llaman “la comida del santo” para limpiar los cuerpos de los malos espíritus.
[31]             Quimbombó: vegetal parecido al pepinillo, usado para preparar la comida del santo.
[32]             Calalú: especie de sopa negra compuesta de quimbombó y otros vegetales que se usa en Cuba y raramente en Puerto Rico, como “la comida del santo”.
[33]             Jueguito: cabildo o logia de ñáñigos.
[34]             Zombí: En África, aparición o fantasma de muerto.  En Haití, cuerpo desenterrado y sin alma que actúa bajo la influencia hipnótica de los brujos.
[35]             Senseribó: gran copón del altar náñigo que contiene la sangre y las plumas del gallo del sacrificio.
[36]             Carabalí: negro de la costa de Calabar (África).  Fundador del ñañiguismo en Cuba.
[37]             Ecué: dios de los negros brujos cubanos.
[38]             Abasí: dios máximo del ñañiguismo en Cuba.
[39]             Bocó: hechicero o doctor en magia negra de Haití.
[40]             Macumba: religión de los negros brasileños.
[41]             Calenda: baile sensual de los negros esclavos de las Antillas.
[42]             Ñeque: tener ñeque en Cuba, significa tener fuerza extraña y fatal.
[43]             Chitomé: hechicero del Congo.
[44]             Muñaga: alma, espíritu, poder mágico entre los negros.
[45]             Jujú: hechicero, brujo, mago o espíritu que vive en las selvas y cavernas y hace su aparición periódica en las aldeas negras llevándose una víctima a la cual sacrifica en la noche.
[46]             Mana: poder, fuerza extraña, según Freud Jung.
[47]             Fufú: hechizo.
[48]             Los versos 22-23 conectan el mundo afroantillano con la matriz africana, a través de la mención de Zimbabwe: ciudad del sureste de Rodesia, Angola: estado del África centro-occidental, etc.
[49]             Adombe gangá mondé: “verso de una canción-baile de los negros esclavos de Puerto Rico.  Sentido oscuro.  Presumiblemente quiera decir ‘ahora vamos a comer’ o ‘ahora vamos a bailar’.  Existe un areito haitiano que comienza: ‘Aya bomba ya bombé’ (…) Dicho verso parece una deformación del areito, hecha en Puerto Rico.  En la novela autobiográfica Litoral, Palés advierte que toma la frase de la tradición oral africana guayamesa en boca de la cocinera negra Lupe.  Se trata del estribillo de uno de los llamados ‘cuentos mendé’ o ‘cuentos de baquiné’ de la costa sur de Puerto Rico.
[50]             La versión de Lamento aquí reseñado fue obtenido –al igual que las notas- de La poesía de Palés Matos, Edición crítica, Mercedes López Baralt, editorial de UPR, 1ra ed., 1995.

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