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domingo, 17 de noviembre de 2024
LUIS RAFAEL SÁNCHEZ: Renegar
LUIS RAFAEL SÁNCHEZ: Renegar
- El Nuevo Día
- Luis Rafael Sánchez
UNO
NO SE ES PUERTORRIQUEÑO, SE ES CIUDADANO NORTEAMERICANO CON RESIDENCIA EN PUERTO RICO. Enemigas feroces de la verdad, las palabras transcritas en letras mayúsculas son obra de no se sabe quién. Mas, su nombre nada importa. Ocurre que el des- importante renegado también reniega de la Historia, esa sucesión de acontecimientos, gratos e ingratos, contra la cual transcurre cualquier vida. Repito, cualquiera. Hasta la del animal cuyo destino realengo apuesta a encontrar un chin de sosiego- Abelardo Díaz Alfaro, escritor puertorriqueño cuyo hacer monumental anticipa su eternidad, dramatiza un asunto semejante en el cuento Los perros.
También la historia llama puertorriqueños a cuantos se emplean en RENEGAR de serlo. Aludo a la novomundista Historia de Puerto Rico.
Pues de la historia taína o borincana mucho se especula y poco se sabe. Bueno, algo se sabe del Centro Caguana , con sede en Utuado. Y otro tanto se sabe del linaje bravío del clan Agüeybaná, sobre todo de Agüeybaná el Bravo. Por diplomática, por visionaria, por consejera juiciosa, la matriarca del clan llama la atención particular de los estudiosos contemporáneos. ¿Por feminista de avanzada?
DOS
La historia de Puerto Rico arranca un diecinueve de noviembre del mil cuatrocientos noventa y tres, durante el segundo viaje al Nuevo Mundo del descubridor genovés Cristophoro Colombo. Lo de novomundista, lo de Nuevo Mundo, lo de descubridor , tiene el aquel envalentonado del genovés y de Isabel la Católica, tan poderosa y tan sagaz ella. De la alianza de intereses políticos entre la Reina y el plebeyo genovés me entera el libro El yugo del poder. Tras calcular los beneficios que aguardaban a él y a los suyos, el genovés ascendió a épica gloriosa lo que fue cálculo desacertado.
¿Beneficia meter la pata de cuando en cuando? -temo que sí. La cuestionada épica advino a munificente: en un ámbito territorial de ubicación privilegiada, que radica en Santo Domingo de Guzmán, la placentera capital de la República Dominicana, se alza el Palacio de Diego Colón, el hermanazo del Gran Almirante. Como tal identificaremos a Cristophoro Colombo, o Cristóbal Colón, en lo adelante.
TRES
Durante su segundo viaje al Nuevo Mundo, el Gran Almirante apenas si conoció a Boriken o Borinquen, topónimos taínos de la isla que acabaría nombrándose Puerto Rico. Ambos topónimos dan pie a los gentilicios boricua y borincano , aprovechados como sinónimos del gentilicio puertorriqueño . Poetas excelsos, como José Gautier Benítez, celebran su país con entusiasmo- Borinquen, nombre al pensamiento grato, Como el recuerdo de un amor profundo. Igual entusiasmo reivindican algunos compositores de música, entre ellos los excepcionales Rafael Hernández y Antonio Cabán Vale. Escribe el primero, galanteando la isla con ardor- Preciosa te llaman los bardos, Que cantan tu historia, Preciosa por ser un encanto, Por ser un edén. El segundo opta por mezcolanzar el verde del monte y el verde del mar y compendiar una verde luz edénica, no obstante terrenal.
Dichos entusiasmos nutren el sentimiento de la puertorriqueñidad, honda convicción nada vacua, nada frívola, nada superficial, como la ataca el renegado de turno. Una convicción siempre presta a esperanzar. Tomo en préstamo una afirmación irrebatible del escritor portugués José Saramago para revalidar la puertorriqueñidad: Vivimos para decir quiénes somos . Irrebatible: cuantos nacemos en Puerto Rico somos puertorriqueños. Menospreciar tan rotunda verdad reduce a sujeto menospreciable a quien la divulga. Sí, la ciudadanía norteamericana obedece a un acuerdo entre representantes de los invadidos y de los invasores, sugerido por el congresista William Atkinson Jones, cinco y pico siglos después que la puertorriqueñidad nos arropara y definiera. Siendo así desatina, vergonzosamente, quien intercambia los conceptos de nacionalidad y ciudadanía.
CUATRO
Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa: lo que el Gran Almirante conoció de Boriken o Borinquen, si bien poco y fugazmente, hoy nomina uno de los tramos más sensuales de Puerto Rico, el país de cuantos fuimos, de cuantos somos y de cuantos seremos puertorriqueños. No me cansa recorrer dicho tramo. No me cansa observar los culivicentes del mar cuando navega por las costas boscosas entre Humacao y Yabucoa y entre Maunabo y Patillas. Mis ojos consideran medicinal tan hechicero costear. Que realicé, la primera ocasión, a instancias del profesor humacaeño Félix Báez, con la memoria como cámara fotográfica. Luego, incurable vicio paisajístico, repito el costear cuantas ocasiones quiero agasajar a gente afín o cuantas ocasiones urge que el paisaje me cure.
El costear se inicia con la salutación a un barrio rural humacaeño de nombre promisorio, Buena Vista. Luego se produce el adiós al cabo de tierra yabucoeña que se adentra en el mar,
Cabo de Mala Pascua se llama. El cos-tear pausa en la arena rubia del maunabeño barrio rural Emajagua y en la vasta Playa California , playa que le improvisa una verja líquida a Maunabo. El costear culmina, jubiloso, en los Bajos de Patillas. Lo que conoció, si bien fugazmente, el Gran Almirante lo motivó a exclamar- ¡Que mala Pascua! Aquel debió ser otro día nuestro, secuestrado por las lluvias torrenciales y decorado por el gris plomizo. Aquel debió ser un día confortado por el friíllo sabrosón que propicia acurrucarse en compañía deliciosa. Aquel fue un día en vísperas de las solemnidades pascuales de finales del año. ¡La exclamación del Gran Almirante consistía en un informe meteorológico!
CINCO
Renegado, malas noticias aguardan a su RENEGAR: resídase en las cien millas por treinta y cinco que mide la menor de las Antillas mayores, o resídase en uno de los cincuenta estados de la nación norteamericana, los PUERTORRIQUEÑOS FUIMOS, SOMOS, Y SEGUIREMOS SIENDO PUERTORIQUEÑOS, AUN CUANDO A USTED LO MORTIFIQUE O AVERGÜENCE.
“Cuantos nacemos en Puerto Rico somos puertorriqueños. Menospreciar tan rotunda verdad reduce a sujeto menospreciable a quien la divulga”
jueves, 14 de noviembre de 2024
Programa dedicado a la memoria de Héctor Ramos
28 de octubre de 2024- En este programa de Por la Vereda Cultural, recordamos con especial cariño a Héctor Ramos, un gran puertorriqueño cuyo amor por la música, la literatura y el arte lo convirtió en un pilar de su comunidad. Desde su admiración por artistas como Andrea Bocelli y los Beatles hasta su profundo respeto por la poesía de Julia de Burgos, Héctor fue una figura que tocó los corazones de muchos. Escucha anécdotas entrañables y conmovedoras, y disfruta de una selección musical especialmente curada en su honor. Este tributo a su vida y legado nos recuerda la grandeza de los pequeños gestos y el impacto duradero de una vida dedicada a sus amigos, vecinos y a su tierra.
Programa dedicado a la memoria de Héctor Ramos.
A la memoria del entrañable amigo Héctor Ramos Delgado
A la memoria del
entrañable amigo Héctor Ramos Delgado.
Félix Báez Neris
Profesor jubilado de la UPRH
Intento con éste
escrito construir un homenaje póstumo a
mi entrañable amigo Héctor Ramos Delgado. Un relato de la dimensión intelectual
de su vida, aquilatando su humanismo, su amor por la sabiduría y por la
libertad. Fueron muchas las valiosas
aportaciones desde su nacimiento en 1942 hasta su fallecimiento el 21 de octubre de 2024.
Héctor nació en Fajardo,
pero era natural del barrio Tejas de Yabucoa. Vivió en la calle Dufresne conocida
como la calle del Fuego junto a su querida madre doña Julia Delgado.
Estudió en las escuelas
públicas de Humacao. Fue un estudiante
inteligente, talentoso y brillante. Representó a la Ana Roqué en las famosas
competencias del Club 6. Obtuvo el primer lugar. Fue a estudiar ingeniería al
Colegio de Mayagüez pero su corazón humanístico lo trasladó a estudiar ciencias sociales a la
UPR Recinto de Río Piedras donde obtuvo
su bachillerato.
Estableció junto a tres
de sus amigos (Digno Ortiz, Héctor, Ronald Flecha y Robinson López) la tienda
Strawberry ubicada en la calle Dufresne frente a la Hielera. Fueron los
pioneros en imponer la nueva moda de ropa unisex en Humacao. La mercancía la
compraban a vendedores que las importaban desde Nueva York. Tuvieron una buena
acogida en la juventud humacaeña que los apoyó.
Héctor estableció la tienda 1812, ubicada al frente de la oficina del Lcdo.
Humberto Ortiz Gordils. El querido amigo
Luis (Pipe) Ruiz fue su mano derecha en esta empresa. Mantuvo el mismo concepto
de la tienda Strawberry con ropa unisex.
La tienda evolucionó y se posicionó en los primeros lugares de
aceptación de la moda en aquella época. Viajaba en ocasiones a Nueva York, epicentro
de la moda mundial, participaba de las exhibiciones del hotel Mc Alpin y compraba la ropa de temporada.
Lo imagino paseándose entre los
diseñadores, modelos, editores, influencers y fashionistas de todo el mundo que
convergen en la ciudad para asistir a desfiles, eventos exclusivos y lanzamientos
de colecciones.
La Tienda 1812 responde a la obertura 1812 del compositor
ruso Tchaikovsky. Esta pieza musical se compuso para conmemorar la victoria de
la resistencia rusa ante la invasión napoleónica. Estaba ubicada cerca de la
Fonda Caribe, de manera que estaba obligado
ir a almorzar allí.
Héctor cerró la tienda
en Humacao y se trasladó al viejo San
Juan. Monta su nueva tienda donde antes estaba la boutique “Playboy Box”, la
primera tienda unisex en Puerto Rico. La
inauguración fue muy celebrada y asistieron artistas de la farándula como Nydia
Caro, entre otras. No obstante, la
tienda tuvo un breve periodo de duración.
Héctor trabajó con la Editorial
del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Participó como delegado del ICP en la
prestigiosa Expo 92 (Exposición Universal de Sevilla de 1992). Cultivó la
amistad de reconocidos exponentes de las artes como Rafael Tufiño (Tefo),
Emilio Díaz Válcarcel, Ángela María Dávila. Además, fue muy amigo de la Lcda.
Katherine Angueira y el del Dr. Pablo Altieri, entre otros.
Fue un gran gestor cultural, propiciando actividades como ferias de libros, recitales
de poesías, música y arte. Junto a Marianito Rodríguez iniciaron la celebración
del homenaje a Julia de Burgos en la
Taska. Perteneció a la Junta de Directores del Centro Cultural Dra. Antonia
Sáez.
La empresa Walmart lo
contrató y con el paso del tiempo se
convirtió en el empleado símbolo
que recibía con su especial cortesía a los clientes. Obtuvo el premio en ventas
y participó en la grabación de comerciales.
Gustaba de la
literatura, el teatro, la música, el baile, la bohemia, las fiestas, el tabaco,
el vino, los licores, el chocolate, la buena mesa y la conversación. Fue
un lector voraz, con una gran capacidad para el análisis literario
y un redactor y corrector de primera. Acostumbraba
intercambiar, analizar y discutir obras literarias con la Dra. Amarilis García
Berríos y con otros amigos. Gustaba de leer los últimos movimientos en la
literatura. Entre sus escritores favoritos estaban el colombiano Héctor
Abad Faciolince, la española María
Dueñas y el español Javier Moro. Sus escritores puertorriqueños favoritos eran Luis
Rafael Sánchez, Ana Lydia Vega, Emilio Díaz Valcárcel y René Marqués.
Amó con especial
ternura a sus amistades y a su pueblo. Vuela alto, querido amigo.