Juan Vicente Rafael
Rivera Viera. Padre Rivera (1884-1953)
Félix
Báez Neris
Profesor
jubilado de la URPH
Epitafio
“Yo quiero cuando me muera
en esta tierra de luz
que en mi fosa esté mi cruz
sujetando mi bandera”
José Martí
Juan Vicente Rafael Rivera Viera, nació en Yauco, Puerto Rico, el 27 de enero
de 1884. Lle0gó a Humacao en el 1922 para convertirse en el iluminador de
nuestro pensamiento cultural. Llegó desde Río Grande después de cerrar los ojos
al poeta José P.H. Hernández.
Sacerdote,
periodista, ensayista, prosista, humanista y conversador ameno. Tenía una
personalidad atrayente y se confundió con el pueblo convirtiéndose en su guía
espiritual.
El Padre Rivera
comenzó con la publicación del Almanaque de Humacao en el 1924 y continuó este
proyecto hasta su muerte. Recoge en sus
páginas el acontecer cotidiano del pueblo así como los poemas de Cruz Ortiz
Stella, Flor Gerena, Rosa Nieves, Díaz Mesón, Marina Molina y desde luego los
suyos.
En el 1924 publicó
sus libros Cármina Sacra y Cármina Amaritúdines. La escritora Carmelina Vizcarrondo nos dice
sobre Carmina Sacra lo siguiente: “Poesía
de pureza sagrada, sabiduría de divina de enseñanza, canto puro que va a
Dios”
Por su parte, Rafael
Martínez Álvarez añade “es un gigante corazón
que habla, que canta, que llora y ríe y nos habla del alma” y de Carmina
Amaritudinis añade “recoge el
sentimiento poético, melancólico del hijo huérfano frente al tema de la muerte”.
El entrañable amigo Salvador
Abreu Vega nos recuerda que a su llegada el Padre Rivera “Se inicia la tertulia en la plaza de recreo.
Acuden allí personas de todas las edades y condición social e intelectual para
disfrutar de la amena conversación y profunda sabiduría del recién llegado
docto especialmente en las urgencias del hombre común. Se habla a de problemas
personales, económicos, sociales, políticos y espirituales. Pero el campo
predilecto y en el cual parecía ahondarse su emoción era el tratar sobre
literatura y en especial el campo poético. La tertulia pasó a ser como una especie
de desahogo, como una brisa fresca en el erial de aquel tiempo en que la radio
era escasa y no se conocía la televisión”.
El Dr. José Ferrer
Canales, que se inició como maestro en la Escuela Superior de Humacao señala
sobre el Padre Rivera lo siguiente: "Lo primero que impresiona en el
Reverendo Padre Juan Rivera Viera es la vastedad de su cultura, su saber
enciclopédico, su visión ecuménica. El daría la imagen para salvar al hombre de
la crisis de hoy, al hombre en progresivo proceso de desintegración. Más de una
vez se ha proclamado la necesidad de retornar al ideal renacentista de hombre íntegro
y universal, con interés científico, con preocupación cívica profunda, capaz de
emocionarse frente a una flor, un paisaje, una estatua armoniosa, una sonata o
una sinfonía, el tipo humano que encarna perfectamente al Padre Rivera
Viera."
Juan Peña Reyes y el
Padre Rivera sostuvieron una amistad imperecedera. Nos dice el Dr. Carlos Davis
Serrano “Al juntarse estos dos intelectos: el uno representación de lo sublime
de lo religioso y el otro, de los más sublime de lo laico, pintaron a Humacao
de música, versos y oración”.
El Padre Rivera le
regaló el siguiente poema a Juan Peña Reyes
Romance en Blanco y
Rojo (fragmento)
Maestro J u a n Peña Reyes,
más que mi amigo, mi hermano;
sobre tu fosa bendita
vengo sembrar este ramo.
Es un puñado de rosas
bicolores que t e traigo;
rosas blancas, simbolismo
de t u honor de ciudadano,
y rosas rojas que enciede
la emoción de tus hermanos ™
Padre Juan V. Rivera Viera
El entrañable amigo Santiago Maunez editó el libro titulado la “Obra Literaria
del Padre Rivera”. El ICP lo publicó en el 1988. Es un trabajo extraordinario que hace justicia
al legado y a la obra del P. Rivera. Maunez fue uno de los más entusiastas
defensores y propulsores de la figura del P. Rivera.
El Dr. José Ferrer Canales señalo: "Un
estudio de la obra literaria del Padre Rivera podría iniciarse con un capítulo
titulado "Tiempo y figura", con la ubicación del distinguido escritor
y sacerdote en la época en la cual le toca actuar. Corresponde ésta a los años
que siguen al "cambio de soberanía". La narración, el análisis nos
pondría en contacto con una vida verdaderamente dinámica y briosa."
"Un estudio de la obra literaria del Padre Rivera debía ser el tema para
un Doctorado en Filosofía y Letras o para una Licenciatura en Letras, en una
Universidad." A los jóvenes, con alma noble y grande de artistas
investigadores, que les interese realizar una misión como esta, les sugiero
buscar en las bibliotecas Lázaro de la UPR en Río Piedras, el Ateneo
Puertorriqueño en San Juan, y en el Capitolio de Puerto Rico.
El Lcdo. Aguedo
Mojica Marrero nos dice sobre el P. Rivera “Lo hemos visto pasar bajo los
robles meditabundos, por entre la muchedumbre tempestuosa o serena: y siempre
caminaba con su Cristo agustiniano, con su pobre, rasgado y sangrante Cristo
agustiniano sobre el corazón, con el deseo de reducirse a pobreza, a guiñapo, a
la gota palpitante que sobró del sacrificio”
El Padre Rivera
parodió unos versos de José Martí, en este modo: "Yo quiero, cuando me
muera en esta tierra de luz, que en mi fosa esté mi cruz sujetando mi
bandera" En el poema "Bandera de Lares" hace una exaltación de
Manolo el Leñero y Brazo de Oro, y pide el símbolo patrio para la hora de su
muerte: "Una cruz blanca, luminosa y bella, de sus cuarteles dos altivos
gules, y en uno de los otros dos azules pálida y triste solitaria
estrella." Sus restos descansan bajo su busto, en la que fue su iglesia
por 25 años, Dulce Nombre de Jesús, en Humacao.
Por iniciativa de
Santiago Maunez nos dimos a la tarea de colocar, el epitafio en el busto de
Padre Rivera tal y como él lo peticionó. Además, realizamos varios homenajes al
P. Rivera. Establecimos unos lazos de
amistad con los amigos de la casa Yaucana:TAINDEC. Realizamos varias actividades colaborativas entre
los pueblos de Yauco y Humacao para conmemorar la figura del Padre Rivera.
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