sábado, 22 de agosto de 2020

Recordando al maestro Ángel “Tilo” Cruz y su Orquesta Copacabana.

 Félix Báez Neris

El Programa Tertulia Cultural  del pasado martes,  12 de agosto de 2020 se dedicó a recordar la figura del maestro Ángel “Tilo” Cruz.  El licenciado Benjamín Berrios anfitrión del Programa junto a los maestros Marianito Rodríguez y Benjamín Cruz (hijo de “Tilo” Cruz) conversaron sobre la trayectoria del ilustre músico. 

 “Tilo” Cruz escribió una página en la historia musical puertorriqueña muy recordada por todos aquellos que se privilegiaron de sus afectos y conocimientos. Fue músico, saxofonista, director de bandas y orquestas, maestro de música y un excelente ciudadano.


El maestro “Tilo” luchó contra viento y marea para salir adelante en una época ciertamente muy difícil y de escasas oportunidades. Batalló con todas sus herramientas para enfrentar todas esas formas que atentaban contra su desarrollo como músico y en su carrera magisterial. Se inicia en los años sesenta como maestro de Música en la Escuela Intermedia de Yabucoa donde organiza y dirige la banda escolar. En este pueblo vecino también recibe la encomienda de organizar y dirigir la Banda Municipal, gestión que desarrolló en forma notable por muchos años.

Luego de la jornada de trabajo, viajaba desde Yabucoa en carro público para completar sus grados académicos en la Universidad. El entrañable amigo Edgardo Delgado recoge muy bien este aspecto del maestro: “En el 1969 ingresa al Conservatorio de Música de Puerto Rico donde obtiene el grado de Bachiller en Educación Musical. Posteriormente ingresa al Programa Graduado de la New York University donde completa una Maestría en Artes con créditos conducentes al Doctorado. En 1975 fue nombrado director de la Escuela Libre de Música de Humacao, puesto en el que se desempeñó hasta el 1978, cuando es reclutado por el Departamento de Instrucción Pública como Supervisor de Bandas Escolares. Para esta época también presta sus servicios profesionales en el Colegio Universitario de Humacao, organizando y dirigiendo la Banda de esta Institución”

Marianito y Benjamín señalan que para la época de “Tilo”, el entorno del casco urbano de Humacao gozó de una rica convivencia social. Los músicos eran bien solicitados. Hubo en un momento dado cuatro pequeños hoteles –Oriente, Carmen, Benítez y Borinquen . La Plaza era un verdadero hervidero humano. Contaba con restaurantes como Victory Bar, El Borinquen y El Lirio (primero se llamó El Molino Rojo y luego El Veterano) entre otros. (Mojica 2016). Además contaba con el Teatro Victoria, Teatro Oriente y por supuesto la hermosa y apacible Iglesia Católica.

“Tilo” formó parte en sus inicios de la agrupación “Conjunto Los Mariachis” junto a Miguelito Carrillo e Israel Berrios. Tocaban por los negocios que circunvalaban la Plaza de Humacao. Ya para el año 1949 organiza y dirige la prestigiosa Orquesta Copacabana.

Los maestros Rodríguez y Cruz recuerdan que la Orquesta Copacabana tuvo tres épocas;
La primera época (contaban con 4 saxofones y 4 trompetas)

Integrantes; Germinal Mijón, Gerald Pérez, JuancitoTorres, Bolívar Burgos, “Maco” Torres y Fernando Cassás, trompetistas; Gil Martorell, Raúl Negrón “Pecho e Mula”, y Juan Enrique Cuadra, saxofonistas; Bolívar Fuentes (bongo), Arturo Figueroa (timbal), Rey Soto (conga) y Jacinto “Chita” Pizarro (bajo), percusionistas; Ola Martínez, guitarrista; Luis Armando Laboy, Juan Cabrera “Cabrerita” y Maribeli Casillas, cantantes; Ángel “Tilo” Cruz, director.


Segunda época (Contaban con 5 saxofones y 5 trompetas)

Los integrantes; Julio César Ortiz, Rafael Bracero, Micky Duclerc, Wichi Duclerc, saxofonistas; Rey Soto (congas) Rafael “Cutito” Carrillo (timbal), Bolívar Fuentes (bongo), percusionistas; Juan Cabrera “Cabrerita” y Maribeli Casillas, cantantes; Ángel “Tilo” Cruz, director.

Tercera época (contaban con cinco saxofones y cinco trompetas.)

Los integrantes; Félix Lebrón, José Luis Félix, Israel Villodas, Marianito Rodríguez, Luis Dolores, Roberto Walton, Víctor Lebrón y Efrén Camacho, trompetistas; Juan Ramón Brenes, trombón; Benjamín Cruz (timbal), Valentín Vázquez (conga), Juan Rodríguez “Watú” (bongo), percusionistas; Pedrito Pérez, Humberto del Valle, Luis Mejías, bajistas; Cesar Lebrón, pianistas; Juan “Garganta” Rodríguez, Juan Ramón Rodríguez, Domingo Santiago (cantante y compositor), cantantes; Ángel “Gilo” Cruz hijo de “Tilo”, director.

La Orquesta Copacabana grabó dos producciones musicales. La primera fue un disco 45 RPM, por un lado presenta la canción “Mujer Boricua” interpretada por Juan “Garganta” Rodríguez y por el otro lado “Buchipluma Na Ma” en la voz de Juan Ramón Rodríguez. Pi Rivera hizo el arreglo de los números.

La segunda grabación de la Orquesta, mantuvo la calidad musical que siempre la distinguió. Domingo “Veneno” Santiago escribió las composiciones; Rey Santos y Jorge Millet prepararon los arreglos de los números. Contó con la especial colaboración de Juancito Torres y Giovanni Hidalgo, trompetistas; Pablito “el Indio” Rosario y Orlando Moctezuma, en el bongo.

La prestigiosa Orquesta fue una institución para los músicos humacaeños. Se enriqueció con la participación de músicos de varios pueblos vecinos como Maunabo, Yabucoa, Juncos y Caguas. La legendaria agrupación cosechó muchos triunfos y obtuvo un contrato con la Fania. Artistas renombrados como Gabriel Eladio Peguero Vega conocido como “Yayo el Indio”, José “Cheo” Feliciano y Santitos Colón entre otros, acompañaron a la Copacabana en sus giras musicales.

La Orquesta se presentó en los mejores escenarios del momento. Tocaban en hoteles en San Juan, en el Conquistador, White Castle, el Venecia Dancing Park entre otros.

Retomando la figura del maestro “Tilo” Cruz, hay que resaltar que fueron muchos los discípulos que bebieron de su fuente de sabiduría. Se destacan entre ellos; Willie Corps, Obed Tirado, Julio César Ortiz, Jorge Camacho, Pedrito Pérez, Víctor “Kaleco” Lebrón, Eric Matos, Víctor Cotto Evelio Ramos y Marianito Rodríguez.

Hoy se recuerda a “Tilo” Cruz, al virtuoso maestro de excelsa calidad humana, dejó una edificante trayectoria de laboriosidad, responsabilidad y preocupación por el bienestar de los estudiantes. Sus dotes de director y maestro quedan grabadas en la memoria de sus discípulos como honrosa fuente de inspiración y conocimiento. Tuvo una vida integra y comprometida. Excelente maestro y mejor ciudadano.

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