martes, 9 de junio de 2020

Santiago Maunez


Breve Semblanza de Santiago Maunez



El ingeniero Santiago Maunez, nació en Humacao el 19 de noviembre de 1924. Fueron sus padres Santiago Z. Maunez  y Juana Vizcarrondo. Casado con doña Josefina Cuadra por más de 57 años, con quien procreo tres hijas y un varón. Tiene varios nietos y nietas.  A los nueve años estudio dibujo y solfeo, de hecho es un aficionado al piano y es pintor de paisajes, vitrales y retratos.  En maestro Juan Peña Reyes y su familia, todos músicos vivieron en la misma calle de Maunez. Con ellos aprendió solfeo. Aprendió a tocar los primeros acordes de guitarra con el músico humacaeño Carlos Molina. En sus años formativos fue discípulo del ilustre maestro José Ferrer Canales. Le unió por siempre una hermosa amistad con su querido maestro. Otra persona que influyó en Maunez lo fue el líder nacionalista humacaeño Félix Feliciano Morales. El propio Maunez nos dice lo siguiente  “Félix me enseñó que una bandera con cinco franjas, tres rojas y dos blancas, con una estrella blanca en medio de un triangulo azul celeste, era la bandera de mi Patria, la que debía amar siempre”. Se graduó a los 20 años de ingeniero civil en Estados Unidos de América.

Los derroteros de la vida lo llevaron a trabajar como ingeniero civil en el Ejercito de los EUA.  Trabajo por varios lugares del planeta entre otros países Estados Unidos, en la Isla de La Maddalena, Italia y  en el Fuerte Allen, cerca de Ponce.

Maunez es un escritor prolifero. Gano el primer premio del Ateneo Puertorriqueño con la publicación de su cuento El entierro. Además, tiene varios libros publicados entre ellos la Obra literaria del Padre Rivera, Divagaciones y una maestra llamada Inés, Cuentos y Divagaciones entre otros. Su pluma tiene por preferencia su centralidad en la región de Humacao.
            Sus columnas en los periódicos regionales, presenta en el contenido temas de profunda reflexión humanista y es muy valiosa para entender la sociedad puertorriqueña.
Nemesio R. Canales, Guy de Maupassant y David Thoreau son algunos de los guías intelectuales que lo inspiran.

            En lo cultural son muchos e importantes los temas que maneja con su culta e intelectual mirada. Es oportuno señalar su pasión por el quehacer cultural. Su inquieto intelecto lo llevó por los caminos del arte cultivando la pintura al óleo, tocando la guitarra y el piano como mencioné y, como tenor del Orfeón de Puerto Rico y Glee Club de San Juan bajo la dirección del Dr. Bartolomé Bover. Dotado de esa sensibilidad encausa proyectos culturales notables, como su colaboración en la producción del video El Regreso. Pertenece al selecto grupo que encausa la beatificación del maestro Rafael Cordero.

Siente una gran preocupación por el destino de querida ciudad de Humacao. La ciudad del silencio la llama. Sostiene que el progreso mató la riqueza de la calidad humana, trajo el silencio. Nos recuerda con nostalgia Maunez los siguiente : “Ante  éramos más pobres, pero más humanos…” Reflexiona sobre los logros alcanzados por el progreso de los bienes materiales y señala lo siguiente: “Vivimos aceleradamente, comemos aceleradamente y hacemos el amor a toda velocidad, sin romance, porque eso es cosa del ayer, nos embalamos un saco de drogas para vivir artificialmente y glorificamos a nuestro dios dinero para que nos resuelva todos nuestros problemas.”

           
            Maunez se empeña en su deseo de mostrarnos la riqueza y la vitalidad de nuestro quehacer cultural y resalta a los hombres y mujeres que nos dignifican como patriotas. No pierde oportunidad para señalarnos que debemos ser capaces de levantarnos de pie de cara a nuestro destino.  De lo que se trata es de construir una sociedad con disciplina y educación donde cada puertorriqueño pueda soñar a ser  “…un hombre libre, de espíritu libre, amante de la libertad, de la belleza de Isla, de la vida y hacedor de cosas.” 


                                                                                                Humacao, PR
                                                                                                10 de junio de 2007                                                                                                                Prof. Félix Báez Neris

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