sábado, 20 de junio de 2020

Alberto Rodríguez Parés

Semblanza de Alberto Rodríguez Parés





Su niñez

El hogar de Luis Rodríguez Vázquez y Josefa Parés Formoso vió nacer a su hijo Alberto Rodríguez el 7 de abril del 1922.  La comunidad humacaeña que distinguió a la familia Rodríguez Parés como una honesta y ejemplar compartió la alegría de su nuevo retoño,  junto a sus hermanos Luis Antonio (Q.E. P.D) y María Teresa.  Alberto, además tiene tres hermanos de padre Juan, Luis y Luis Manuel.  Doña Josefa confeccionaba con las guayabas unos dulces exquisitos con los cuales deleitaba a toda la comunidad humacaeña.


La niñez de Alberto trascurrió como la mayoría de los niños humacaeños de entonces.  Estudio sus grados primarios en la Escuela Antonia Sáez.  Asistió a la Escuela Juan Ponce de León de Humacao y se graduó de cuarto año de la Escuela Juan Peña Reyes.  Alberto en ruta de su casa a la escuela se relacionó a su paso con las personas del pueblo, con sus calles, establecimientos  e instituciones.  Grabó en su privilegiada memoria una gama de valiosos eventos y episodios del pueblo. De ahí que sea un acérrimo defensor de los valores su pueblo. Su libertad de expresión, su memoria fotográfica y su trató afable lo convierte en el historiador predilecto del pueblo.

Su juventud y su vocación como ebanista
Abrazó y atesoró todas las oportunidades que tuvo a su alcance para estudiar.    Tomó cursos de extramuros en Leyes Laborales y Recursos Humanos. Más tarde estudió cursos relacionados con Educación Vocacional.
Desde muy joven su padre, un destacado carpintero y maestro de obra en Humacao, lo llevaba en calidad de aprendiz a sus obras. Participó en la construcción de valiosas edificaciones del pueblo. No obstante, Alberto se abrazó a su afición por la ebanistería.
Su maestro fue Sandalio Martínez que se desempeñaba como maestro de artes industriales en la Escuela Ponce de León y además tenía su propio taller de ebanistería.  Al cabo de un tiempo,  Alberto decide montar su propio taller de ebanistería.  Le imparte a sus trabajos su toque personal lleno de profunda vocación, dedicación y perfeccionismo.  Sabe confundir la madera en sus manos para crear piezas de especial belleza. La excelencia en el trabajo le gano muy pronto el título de maestro que  lo encumbra para siempre. Su trabajo como su amistad esta garantizado cien por ciento.
Su taller cobró notoriedad en el pueblo, fue reconocido y aprobado por la Administración de Veteranos de la Segunda Guerra Mundial como uno de los talleres donde se adiestraría en el  arte de la ebanistería. De igual forma su taller gozo de la autorización del Departamento de Instrucción Pública para adiestrar estudiantes en el arte de la ebanistería.

Su adorada familia
El 28 de julio de 1950  se casó con la joven Concepción Robles, quien era oriunda de Jayuya. Concepción fue una mujer bondadosa, honesta, emprendedora, amiga y adoraba a su esposo a quien cuido con especial cariño. Ella se convirtió en el ser especial que le dio sentido, dirección, sostén  a su vida. Su amor latió siempre muy cerca a su corazón.
Doña Concepción se traslado de Jayuya a Río Piedras y vino a trabajar como maestra de Industrias Nativas en la Segunda Unidad de Collores en Humacao.  Al cabo de los años fue seleccionada como maestra ejemplar del Distrito Escolar de Las Piedras, en el año 1973.  El 8 de noviembre de 1974 fue declarada hija adoptiva del pueblo de Humacao bajo la administración de Juan M. Higgins. Alberto estuvo casado por espacio de 56 años con la Sra. Concepción Robles hasta su muerte el 28 de enero de 2007.
De este matrimonio nacieron sus dos hijos, el Lcdo. Wilfredo Rodríguez y  Dr. Alberto Rodríguez destacado psiquiatra en la Ciudad de Mayagüez por más de 25 años.  El Dr. Rodríguez está casado con la educadora en Salud la Sra. Ibis Idalia Soto y le han dado a Alberto dos nietas Laura Isis e Isa Cristina que a su vez le obsequió con su primera biznieta Anaís Cibeles Sanfiorenzo.
Su carrera como maestro
En el verano de 1958 el Sr. Antero Solís Lazú (Q.E.P.D) director de la Escuela Ana Roqué lo reclutó como maestro de ebanistería de la  Escuela Vocacional Avelino Peña Reyes, para sustituir a Pelegrin Cordero, maestro en propiedad de ese oficio en la Escuela. El Sr. Cordero impartía cursos nocturnos como parte del  Programa de Enseñanza de Veteranos.
Alberto fue reclutado nuevamente como maestro de ebanistería para impartir la fase teórica de los  cursos de veteranos hasta el año 1963. En ese año surge el Programa por ley Federal para ofrecer los cursos de carpintería a personas desempleadas por ley de Desempleo. Alberto trabajo por tres años en dos turnos impartiendo estos cursos de 8:00 am hasta las 4:00 pm y  de 4:00 hasta las 10:00 pm. Luego fue  reclutado como maestro regular de carpintería de construcción, oficio que dominaba a la perfección por la escuela que obtuvo de su padre.
Se retira en año 1975 de la Escuela Vocacional Avelino Reyes. Luego fue reclutado en el Programa de Rehabilitación Vocacional   como maestro de   Artes Industriales en la Unidad de niños con impedimentos mentales. Esta unidad radicaba dónde hoy esta l Escuela Carlos Rivera Ufret. Esta Unidad fue trasladada el pueblo de Fajardo.
Alberto se retiró del magisterio para compartir más tiempo con su adorada esposa.  Aprovechan para viajar y visitar hermosas ciudades enclavadas en distintos lugares del globo terráqueo.


Reconocimiento a su labor comunitaria
A través de su fructífera vida, Alberto ha recibido los más altos honores y reconocimientos por distintas entidades cívicas, educativas y culturales de su Pueblo. Algunos de ellos son los siguientes:
Ha pertenecido a la Respetable Logia Estrella de Oriente Num. 30 de Humacao por espacio de 64 años. Ha ocupado prácticamente todos los puestos directivos de esta organización.   Recibió un gran número de reconocimiento por su labor masónica.
Alberto pertenece al Club de Leones Rafael M. Carrillo de Humacao por espacio de 49 años. Ha ocupado varias distinciones entre ellos;
  • Presidente en el año 1972 y jefe de zona en dos ocasiones.
  • Fue distinguido como León del año en el Distrito 51B, teniendo que competir con más de 1,500 socios del Distrito en año 1971-72.
  • Carta de reconocimiento por sus servicios del Internacional President Clement Kusiak por su labor desplegada en su club en el año 2004-2005.
  • Placa de reconocimiento de la Asociación de Contratistas de America  Capítulo de Puerto Rico por su ayuda a esta institución en el año 2008.
  • Reconocimiento en el cuarto Retorno Escolar de la Escuela Ana Roqué de Humacao en el año 1983 por su labor en beneficio del estudiantado de la Escuela Vocacional Avelino Reyes de Humacao adscrita a la Ana Roqué.
  • Reconocimiento de la Asociación Vocacional Americana Capítulo de Humacao por sus aportaciones al  desarrollo del Programa de Educación Vocacional y Técnica de Puerto Rico en el año 1967.
  • Declarado socio vitalicio de la agrupación Juvenil V.I.C.A. Vocational and Industrial Clubs of America, compuesta por estudiantes de la Escuela Vocacionales de Puerto Rico y Estados Unidos.
  • Reconocimiento de la Asociación Puertorriqueña contra el Cáncer de Puerto Rico en tres ocasiones.
  • Colabora  en distintos programas y actividades del Centro Cultural de Humacao. Ha colaborado como  panelista  del Programa Tertulia Cultural,  que auspicia el Centro Cultural y que se transmite a través de las ondas radiales de Radio Walo en Humacao.  Comparte este trabajo con los compañeros Santiago Maunez y Félix Báez.
  • Le fue dedicado el Homenaje Oriental a la Danza Puertorriqueña que se llevo acabo el pasado 21 de marzo de 2010, el cual fue auspiciado el Centro Cultural de Humacao.
  • El próximo 16 de mayo la comunidad escolar reconoce su labor como maestro  y le dedica el Retorno a la Escuela Ana Roque.
Valoración
El maestro Alberto Rodríguez es un hombre modesto lleno de un alma noble que lo viste. Su gran calidad humana lo arroba en toda su estatura y con sus afectos nos abraza a todos. Es amigable, comprensivo  y elegante en el trato. Ha dedicado toda su vida a su vocación de maestro y a su afición por la ebanistería.   Con sus manos construye hermosas creaciones en la madera y con su corazón labra el cariño y la amistad  con su gente.  
Alberto pertenece a ese grupo especial de personas que a su paso hace la diferencia. Ama a su gente y a su entorno. Gusta de la buena plática y de recrear momentos idos que gravitaron en el corazón del pueblo.  Con magistral destreza va recreando eventos, sucesos que marcan la riqueza de la historia social humacaeña.
Observo con detenimiento su rostro sapiente y comunicador.  Su frágil cuerpo se llena de la vitalidad que emana de su espíritu cultivado y fino.  Reflexiono con asombro y pienso si este pueblo valora en toda su estatura a este ciudadano. Y es que, en este noble maestro descansa la memoria viva del pueblo. En el gravitan los prístinos sentimientos  de alma adentro, modela su época y las de varias generaciones de este pueblo. Lleva consigo con nobleza la responsabilidad de educar a cada paso.
Nos ilustra  y cautiva con su ameno relato que es como entrar por una puerta al pasado. Su valiosa aportación radica en esa dimensión central de la existencia humana que es la conciencia del tiempo. Entonces esa riqueza de los hechos históricos que nos relata nos dice de donde venimos.  Nos provoca y nos mueve al ejercicio de concienciarlos, valorarlos y ponderarlos con nuestra realidad actual. Por tanto contraemos una enorme deuda de gratitud con Alberto en su apostolado por cultivar los valores culturales del pueblo. Su trabajo como narrador y su compromiso lo ubican como nuestro narrador de la historia oral por excelencia del pueblo de Humacao.

29 de abril de 2010
Humacao, Puerto Rico
Prof. Félix Báez Neris

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