domingo, 2 de julio de 2017

Amador "Papo" Cardona: El hombre del Sombrero Prodigioso


Papo Cardona nos deja su sombrero para que se lo cuidemos. Solamente, debemos cumplir con la responsabilidad y la entereza de los postulados que él defendió. La tarea no es fácil de cumplir. A continuación expresamos algunas de las razones por las cuales es difícil esa encomienda. Papo Cardona se vistió de unas extraordinarias cualidades de las que solamente mencionare algunas, por que sé,  que todos ustedes la conocen mejor que yo.
Veamos, que hay en ese sombrero, en primer lugar hay una expresión o mejor dicho una virtud, de la cual Papo, nos advierte y nos dice:
Mi vida la dedique a vivirla plenamente, porque no todos saben vivir la vida. Hay que darse la oportunidad de apreciar y atesorar la cotidianidad y desde luego saber disfrutar la alegría de compartir enteramente la amistad. Papo Cardona vivió la vida plena.
Todos los que conocimos a Papo nos detuvimos en algún momento solamente a  observarlo cuando se nos acercaba  con su majestuosa e imponente figura. Su sereno semblante y su llamativo sombrero anunciaban su presencia. Llegaba con su amplia sonrisa y su saludo cautivador.  Llenaba el ambiente de alegría. Si de casualidad alguna persona en el grupo de amigos no le conocía, solo bastaba unos pocos segundo para quedar atrapados por su amistad.
Papo poseía un don de gente cultivado por finas fibras humanas y  sentimientos de lealtad inquebrantable con la cual nos abrazaba a todos. El buen agrónomo sembraba su ternura amigable que abría los corazones haciendo germinar la amistad para siempre.
De nuevo miramos dentro de su sombrero y apreciamos su amor y aprecio por los valores patrios. Abrazó la causa de la independencia para su nación. Admiraba a don Pedro Albizu Campos y la gesta del Partido Nacionalista. Desde luego defendió la causa de Vieques de donde era oriundo sus padres. Recordamos sus escritos en el periódico El Oriental dedicados al padre Mauro y a Doña Isabelita. Lo vimos apoyando todas las causas nobles de la patria.
De nuevo lanzamos otra mirada a su sombrero y nos percatamos de su trabajo como miembro de la Junta de Directores del Centro Cultural Dra. Antonia Sáez del cual fue su vicepresidente y posteriormente su presidente. Su trabajo lo encausó con profundo amor y admiración por las tradiciones notables de su pueblo. Lo vimos en las Fiestas de Santa Cecilia, la Fiestas de Cruz, en el Festival de Bomba y Plena por mencionar algunos. Su gestión cultural se recoge en sus escritos periodísticos, en su participación en programas radiales, su participación en organizaciones  cívicas y culturales.  Su entrega a su pueblo y a su gente es inigualable. Nos hablaba con un cariño especial de su familia, de su esposa e hijos y sobre todo de su adorada madre. El pueblo se apropio del este ser maravilloso y su familia se vio precisada a compartirlo.
La música fue su fiel amiga y se entregó a ella con profunda dedicación y vocación. Fue un celoso coleccionista y admirador de la música especialmente la de tríos y del tango que le apasionaba. De hecho fue un excelente bailador del tango. Amo Argentina por esa vena musical. Gardel estará de pláceme con su llegada al cielo. Tan reciente como el pasado domingo participó en Ponce de una actividad de coleccionista de música. No hubo un lugar, donde se celebrará una actividad musical de importancia, que Papo no dijera presente. Recuerdo la invitación que todos los años nos cursaba para el mes de enero. Se trata del Festival de los Cheístas que se celebra en el pueblo de Aibonito. A Papo lo unió una profunda amistad con notables músicos de todas partes de la isla.
Echó de nuevo, otra mirada, al prodigioso sombrero de Papo. En esta ocasión nos recuerda su vida de prestigioso bohemio. Fue un amante de la celebración de la Navidad.  Iniciaba las fiestas cerca del Día de Acción de Gracias por todos los rincones de Humacao, Yabucoa, San Lorenzo y pueblo limítrofes. De hecho, Cardona es también un reconocido un hijo adoptivo  del pueblo de Yabucoa y San Lorenzo.  Las Fiestas de Reyes las terminaba a finales de febrero. Bueno gente, comenzaba la zafra y también había que trabajar. En resumen la fiesta la celebraba, bien celebra. De hecho, extrañaremos su bebida especial a la cual nos tenía acostumbrado y la cual nos convocaba a degustar a su carro. En el baúl del  auto de Papo siempre se podía encontrar un preciado líquido que compartía con todos sus amigos. Yo atesoraba aquel momento que era prácticamente un ceremonial. Papo sacaba lentamente del amplio baúl aquella bebida exquisita confeccionada con ingredientes no del todo conocidos. La preparada y la servia a todos para que compartiéramos la alegría de la amistad. Todos salíamos muy alegres sin lugar a dudas.

Miro de nuevo en su sombrero y observo su pasión por el deporte. Fue uno de nuestros historiadores del deporte en Humacao por excelencia. Profundo conocedor del béisbol. Lo practicó de mozo en su querido sector Pasto Viejo del cual nunca se desprendió. En su adorado Junquito estableció su hogar y recientemente lo vimos colaborando en ese hermoso mural que da entrada al barrio. Atesoraba su biblioteca personal del deporte que incluye una colección de fotos y artículos sobre el deporte la cual es una muy valiosa. Sus vínculos de amistad con los deportistas y personas ligadas al deporte son muy conocidos. Recordamos recientemente su generosidad de cubrir la página deportiva de nuestro amigo Cabo Gordo, quien se encuentra delicado de salud.
Amigo entrañable del Pabellón de la Fama del Deporte Humacaeño del cual fue uno de los más dedicado gestores. Recordamos su dedicación y esfuerzos porque se reconozcan los valores y las gesta de los deportistas humacaeños que le han dado gloria a nuestro pueblo.
Podría continuar narrando muchos y muchos eventos más... Pero quiero finalizar diciendo... Cardona el Pueblo de Humacao se quita el sombrero ante ti, y como dice nuestro amigo Miguel Poupart que el Hijo del Carpintero te proteja y te cuide por siempre.

                                                                        Prof. Félix Báez Neris

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