Leer los cuentos a que Roberto
Addarich nos tiene acostumbrados es decir Maunabo, ese pueblito Sur-Oriental dόnde
reside la gente más noble de Puerto Rico. Hasta la fecha la obra del autor había permanecido
en el contorno geográfico del pueblo jueyero, como un cuentista local. Con este nuevo libro la extenciόn geográfica
alcanza el ámbito nacional a través de sus personajes y hechos histόricos.
En este cuento largo -si podemos
llamarlo así- Addarich nos obsequia con un texto-fotográfico que muy bien
podría convertirse en libreto para un documental. En él presenta muchos personajes de la
historia política junto al personaje del exgobernador Luis Muñoz Marín,
auténtico líder del Partido Popular Democrático. Addarich no oculta su admiraciόn por el hombre
que ejerciό el dominio político en Puerto Rico, durante más de cuarenta años,
ni con su correligionario Luis A, Ferré mostrándo, con nostalgia, otras formas
y tiempos de hacer política.
Enmarcado en un contexto cristiano sobre
la vida, Addarich nos presenta a un Muñoz confuso, “Un hombre acorralado por la
historia.” Más bien este libro se podría
considerar como un texto literario para acompañar el retrato de nuestro afamado
pintor Francisco (Pancho) Rodόn que presenta a un atribulado Muñoz en el ocaso
de su vida.
Un breve resumen de la obra presenta
un Muñoz con “pase” desde el cielo (otros lo ubicarían en el infierno) que
visita a sus amigos más cercanos y viaja imaginariamente desde San Juan hasta
el Sur-Este borincano. En este recorrido
rememora su nostálgíco pasado y da muestras en su pensamiento de lo que pudo
haber sido y no fue. También presenta el
deterioro social presente en el Puerto Rico actual. La utilizaciόn de símbolos en la obra,
demuestran su maestría y dominio literario.
Ésto lo podemos observar en la presencia omnipresente de la limusina, la
cuál se desplaza a gran velocidad, mostrando así lo corta que puede ser una
existencia de quien ha vivido extensa y intensamente. También podría ser un
símbolo de sus contradicciones de clase social.
Otros símbolos como las nuevas casas, edificios, deterioro físico,
destrucciόn de símbolos histόricos, de los Templos del Trabajo, carreteras,
centros comerciales, y el paisaje, pueden servir de estudio de una semiόtica al
estilo de Umberto Eco. Es digno de
admirar la utilizaciόn del tiempo y espacio, en la presente obra de Addarich.
La utilizaciόn de personajes que ayudaron
a Muñoz a conseguir un crecimiento econόmico en la isla contrasta, con el
personaje de Ricardo Alegría, máximo exponente y propulsor de la cultura
nacional. La sorpresa que reciben los
personajes visitados no parece ser tan alarmante sino más bién una muestra de
agradecimiento a la labor del Maestro. La
ideología de Muñoz y el cambio que ésta registrό a través en la vida del
personaje principal es una muestra de su ambivalencia en el destino político de
nuestro tiempo. De arrepentimiento?
Con este libro Addarich se inscribe en
la cuentística nacional y se consagra como un excelente escritor. Sόlo me queda
señalar que para futuras tiradas, se haga una buena correcciόn ortográfica y se
revise el defecto que aparece al lado derecho del diagramado, el cuál estoy
seguro no es responsabilidad del diagramador.
Un agradecimiento sincero por la
inmerecida dedicatoria de esta obra, que será sin ninguna duda, de gran
aceptaciόn entre los lectores puertorriqueños.
A ti Roberto, Gracias por esta
maravillosa entrega.
Por: Carlos Pérez Morales
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