domingo, 23 de noviembre de 2014

Humacao: Ciudad de los Granos

Sra. Bartola Rodríguez



Prof. Félix Báez Neris
Vicepresidente del
Centro Cultural Dra. Antonia Sáez de Humacao




Durante los pasados cien años Humacao ha marchado consecuente con los acontecimientos del país. A principios de siglo XX la excelsa maestra Antonia Sáez nos describe la ciudad de manera impecable; “por estos años era Humacao una bella ciudad señorial, de vida apacible, un tanto monótona, pero noble. Situada en espléndido valle, doblemente circundada: a su horizonte de colinas de variadas formas y matices se anticipaba la linde, que como cinturón multicolor, ceñía la ciudad, las casaquintas que la rodeaban[1]. El amigo Pedro J. Dávila Poupart nos acaba de regalar un poema donde describe geográficamente a Humacao como una ciudad atrincherada por la naturaleza.;

“Aparentando un campo de batalla,
Humacao esta listo a combatir,
Amurallado por todos los costados
Montañas grandes, desafiantes
Árboles derechos, cual fieles soldados
Siempre están alerta, listos a servir”.

A esa apacible Ciudad le seguiría una construcción de edificios hermosos como el Teatro Victoria que vino acompañar el hermoso edificio sede del Centro Cultural de Humacao convirtiéndose en el rostro más emblemático. Ambos edificios, hoy esperan por el acto de justicia gubernamental y ciudadana para su restauración.
Los años treinta y cuarenta fueron muy duros y marcado por la gran depresión que estalla en 1929 y por los embates de los huracanes San Felipe y San Ciprián. La década del cuarenta se caracteriza por el periodo de la guerra mundial.

Los arrabales se esparcían como cinturones que abarcaban al casco urbano. La Marina[2], la Vega, El Placer, San Ciriaco, Trujillo por mencionar algunos. Pero las personas de esa época la recuerdan con nostalgia porque en medio de la pobreza se disfrutaba de una rica convivencia social muy grata. Las casas por lo regular eran bien pequeñas, construidas de madera muy frágiles. No había cupones por lo que había que procurarse el sustento, no había televisión, así que apenas se iba a la casa a dormir. El amigo Miguel Beltrán nos relata que las casas en la Marina quedaban tan pegadas que las vecinas se pasaban los platos de una ventana a la otra.[3] El pueblo esta vivo, la plaza era el punto de encuentro. En esa época había sectores en Humacao que eran hervideros humanos donde casi no se dormía.[4]

Por su parte el entrañable amigo Salvador Abreu nos dijo; “ en estos sectores se daba una rica actividad gregaria. “La desaparición de los arrabales destruyó una forma de vida que no volverá a repetirse. Eran aquellos lugares los que daban sabor y sentido a la vida citadina. A partir de estonces el concepto de unidad comenzó a diluirse, cosa que genera la perdida de identidad que se percibe en el conglomerado” [5]

Durante las décadas del 30, 40, 50 hasta el 60 la diversión principal consistía en ir a la plaza a disfrutar de las retretas. La ciudad se privilegió de contar con familias musicales de la altura de Los Peña y Duclerc por solo mencionar algunas. El amigo Luis F. Mojica nos describe el escenario de manera especial; “A las retretas ofrecidas los domingos en la noche, parecía acudir todo el pueblo. Había veces que en aquella gran plaza humacaeña no había donde sentarse. Aún los bordes de las cuatro fuentes se ocupaban. La comunidad gustaba con delirio aquella música, que tocaba la Banda de Humacao, dirigida por el maestro Duclerc, desde los vecinos de los arrabales, el Padre Rivera, el Alcalde, hasta don Agripino Roig”.[6]

“Todas las casas frente a la plaza eran residencias. Una vez terminada la cena todos se movían a dar vueltas por la plaza y el atrio en tanto llegaba la hora de dormir, lo cierto es que allí se respiraba una gran hermandad que era algo admirable.”[7]

La plaza era el ambiente propicio para separar la esquina caliente para las tertulias, o mirar detenidamente a las bellas jóvenes que circunvalaban los alrededores llenas de alegrías, o de trasladarse ver las películas a los teatros Victoria y Oriente. Se disfrutaba de las ofertas en las fuentes de sodas y de los innumerables vendedores típicos con sus pregones.

En la década del treinta y del cuarenta había en el pueblo de Humacao un sinnúmero de pregoneros que vendía sus productos a sus compueblanos. La variedad de productos y de pregoneros es meritoria de estudio[8]. La situación económica movía a estas personas que se convirtieron una especie de personajes pueblerinos con los cuales el pueblo se identificaba y apreciaba.

Los pregoneros ocuparon un lugar especial en ese escenario social que vivió la ciudad de Humacao. La necesidad económica de los pregoneros los llevó a impartirle ese toque característico y especializado tanto en la elaboración de su producto como en la manera de promocionarlo[9]. Entre los productos que se vendían en el pueblo se destacan La sopa borracha, el pudín, el gofio, la menta, la pepita de pana, la arepa, maní tostado, pasteles, lechón, y una rica de variedad de dulces y golosinas[10]. La Dra. Antonia Sáez recuerda en su libro a doña Juana Tolentino con las ventas de almojábanas de arroz y maíz, con su cuadrito de queso[11].

Uno de los vendedores favoritos del pueblo lo fue don Vicente “Vice” que de acuerdo a la información que se ha provisto su apellido era Vázquez o Cruz. Don Vice se cree que era oriundo de San Tomas o Santa Cruz y residía en el sector Trujillo y con su arte culinario gesto la formula de la riqueza del grano humacaeño. Su figura imponente recorría la ciudad de punta a punta con sus exquisitas frituras confeccionadas especialmente con harina de arroz y un suculento pedazo de queso. Estas deliciosas frituras son atrayente por su aspecto y sabor, crujiente por fuera y cremoso y suave por dentro. Esa particularidad lo hizo el preferido y predilecto al paladar de los humacaeños.

El amigo Dr. Miguel A. Beltrán que ha realizado unas investigaciones minuciosa de la historia del grano nos dice “ Continúo la investigación y la señora Lucy Cruz me informa que ella recuerda a don Vicente haciendo los granos en la calle Juan Peña Cruz (Trujillo)…pero había otro matrimonio en Trujillo, entre la calle Juan Peña Cruz y Rotario: Leoncio Mercado y su esposa Marina, quienes hacían competencia. También la señora Gózala Marrero, quien residía en la Barriada Obrera vendía granos y Carmelo Cruz le ayudaba, en unión a los hijos de ésta en la venta de tan rico manjar. Visito a Bartola Rodríguez, actual dueña de la fábrica y me informa que Vicente (El Negrito) le vendió a Carmelo Cruz (hermano de Fausto esposo de Bartola).


Carmelo decide emigrar a los Estados Unidos y le vende “los arneses” a Fausto. Fausto y Bartola comienza a operar la venta de granos desde la Barriada la Marina.”[12]

El acelerado proceso de industrialización que se inició en la década del cuarenta trajo consigo propuestas novedosas que trastocaron la vida social del pueblo. El efecto se sintió de inmediato en la vitalidad de la actividad social en que vivió el pueblo. A finales de la década del cincuenta se inicia el proyecto para la desaparición de los arrabales con el advenimiento de proyectos de construcción de las urbanizaciones y los residenciales públicos.

En el 1959 nos recuerda nuevamente Abreu “la Corporación de Renovación Urbana y Vivienda trazó para eliminar esos arrabales. Para ello se adquirió tierras en el sector llamado Junquito. La inundación de 1960 abrevió el desplazamiento de dichos lugares, facilitando a su vez el nacimiento de otra área residencial—Patagonia.

La década del sesenta

El inicio de la década del sesenta marca trágicamente a la ciudad de Humacao. El 6 de septiembre las aguas del río de Humacao se salieron de sus cauces provocando una inundación que asoló los sectores donde se ubican los arrabales. Cientos de humacaeños fueron arrastrados por las aguas en la oscuridad de la noche. La muerte, la desolación y el dolor marcaron la vida del pueblo humacaeño. En un hecho sin precedentes cientos de humacaeños fueron enterrados en fosas comunes. Hoy la Asociación de Los Pinos Patagonia lucha por que se levante un monumento para honrar la memoria de las víctimas de esta tragedia.

Ante los eventos de esta tragedia el gobierno construyó un sistema de vivienda para las personas que perdieron la sus hogares a causa de la inundación. La comunidad que surgió se conoce como Patagonia.

Surge la empresa familiar Granos de la familia Cruz Rodríguez

Una de las familias que sobrevivió a esta tragedia de 1960 lo fue la familia Cruz Rodríguez. Esta familia conoció bien de cerca a don Vicente. Establecen una linda amistad y se incorporan de inmediato en la venta de granos como manera de obtener su sustento de vida.

A raíz de perdida de su hogar en la tragedia de las inundaciones del sesenta se acogieron al plan gubernamental y obtuvieron un hogar en Patagonia. La familia continuó con la preparación de los granos para la venta en su nueva residencia.

La familia se vio precisada aumentar la producción de los granos por la demanda del producto. Paulatinamente fueron incorporando a sus hijos y posteriormente a sus nueras. De esta manera surge la empresa familiar Granos de Humacao.

Doña Bartola enviudo y tuvo que enfrentar los retos de asumir el liderato de la pequeña empresa familiar. Con tesón y lucha sobrevivió a los embates de la globalización con su formula criolla. Ella jefa de familia decidida impartió su personalidad y particularidad propia. Estableció con tenacidad, el control, dedicación y dirección de su empresa involucrando a los miembros de la familia.

Levantó la empresa de Los Granos de Humacao paso a paso ofreciendo con mucho cariño un producto distintivo de la ciudad de Humacao. Su experiencia empresarial la obtiene en la marcha con el arduo trabajo operando desde la base comunitaria familiar.

Friendo y comiendo

La preguntamos a Doña Bartola lo siguiente ¿Por qué el nombre de grano? Y de inmediato nos respondió “al principio cuando vendíamos a los clientes nos decía porque no llamar grano a ese producto elaborado con harina de arroz. Así fue surgió el nombre”.

El nombre es muy importante porque logra diferenciarlo de la tradicional almojábana que se producen en otros pueblos y que se parecen a los granos. La diferencia nos dice Doña Bartola esta en la receta. Los granos se preparan de la siguiente manera

· Se calienta bien el agua en unos utensilios y envases especiales.

· En los envases grandes se echa la manteca.

· Se le echa la harina de arroz que se muele especialmente para este propósito.
· Se mueve la masa de harina de arroz con una paleta especial.
· Se le añade la sal.
· Sé amaza dándole la forma y se le añade un pedazo de queso.
· Se fríen en la manteca bien caliente o se preparan cajita con los granos sin freír.

La línea de Producción.

Las hijas, nietas y nuera de doña Bartola comienzan las operaciones de la empresa familiar Granos de martes a sábado a partir de 1:00 pm hasta aproximadamente la 12 de media noche. A partir de las 12:00 de la media noche don Alcidez Cruz y su esposa Rosa se encargan de freírlos, claro, luego de que cuatro generaciones de mujeres de la familia Rodríguez les confeccionan. Ellas son: Lina y Lydia Rodríguez, Wanda Robles, Iris Collazo; Maggy, Catherine y Lucy Cruz, y Milagros. Se dividen la tarea que consiste en preparar la harina de arroz, preparar la masa, y preparar los granos con su apariencia distintiva, así como colocar en las cajas de granos crudos para la venta. Durante el proceso se vela porque la maza consiga la textura adecuada para que el producto final sea el rico grano que todos degustamos con tanto sabor.

Desde la 12:00 de la noche comienza la gente del pueblo a procurar los granos en el local ubicado en Patagonia. Es muy frecuentado en temprana horas de la madrugada, en busca del preciado grano. La experiencia de comer granos calientito después de una noche de jarana es una rica tradición entronizada en nuestro pueblo.

La línea de ventas

Las labores continúan entonces para los cuatro vendedores de granos de la empresa que llenan sus carritos desde la 4:00 de la mañana para salir a la venta en los diversos puntos estratégicos del pueblo. Uno de los carritos se ubica frente a la plaza del Mercado, otro se ubica frente a la escuela Ana Roque, otro se estaciona frente al establecimiento de comida rápida “Burger King” lanzándole un reto comercial y dejándole saber su aceptación del pueblo y el cuarto carrito se estaciona frente a la Alcaldía de Humacao.

Una vez, llegan los carritos a sus lugares de venta, se forman las filas de personas, para adquirir el rico grano que le da sabor a la mañana del pueblo humacaeño. Al despertar el día los vecinos que llegan al pueblo se contagia con el sabor de los granos y compran para llevar a sus casas. A partir de las 9:00 de la mañana los carritos regresan vació completando la jornada de una hermosa tradición humacaeña. La venta de los granos posibilita el sustento de varios hogares humacaeños. Usted puede comprar por un precio razonable la cajita de granos cruda o llevarse una bolsita de papel con ricos granitos para merendar.

Conclusión

Comer granos con café es uno de los hábitos cotidianos que más disfrutamos y atesoramos en el pueblo humacaeño. Nos interpela a la familiaridad y sabor de gregario de pueblo. Los granos no evocan gratos momentos de familiaridad.

El detenerte en la mañana para saborear un rico grano da la oportunidad a los humacaeños/as de encontrarse con sus amigos y familiares del pueblo. Con el fraternal saludo nos confundimos con el pueblo para saludar la llegada de un nuevo día de jornada.

Otros, ciudadanos en ocasiones incluyéndome llegamos en ocasiones, a la empresa familiar de los Granos, a temprana horas de la madrugada, en busca de ese granito que le cultive el alma y le ayude conciliar los sueños y las esperanzas.

La empresa familiar Granos ubicada en Patagonia merece la admiración y el respeto de todos porque es distintiva y emblemática de nuestra a nuestra Ciudad. La empresa mantiene viva la memoria de unos valores culturales que nos distinguen como pueblo y que debemos cultivarlos y preservarlos.

Nuestra felicitación a la familia Cruz Rodríguez por su sentido de responsabilidad y compromiso con su empresa. Su labor hace posible el sello emblemático de un producto que nos distingue con profundo orgullo reconociéndosenos como la Ciudad de los Granos.



[1] Sáez Antonia (1967). Caminos del recuerdo. San Juan, PR: ICP.
[2] Abreu Vega nos dice que ya para 1850 existían los arrabales El Placer y la Vega. La Marina surgió a finales del siglo pasado. San Ciriaco surgió en el 1904. 
[3] Beltrán Miguel. Cuentos de la Marina y otros cuentos callejeros.
[4] Abreu Vega, Salvador. (1984). Apuntes para la historia de Humacao.
[5] Abreu Vega, Salvador. Apuntes para la historia de Humacao. 1984.
[6] Mojica Sandoz, Luis F. Semblanza de Francisco Paco Duclerc.
[7] Abreu Vega op cit p. 260
[8] Los trabajos de Antonia Sáez en su libro Caminos del recuerdo nos recrean la riqueza de estos pregoneros en nuestra ciudad.
[9] El Prof. Pedro Dávila Poupart recoge en sus escritos el estilo particular de cómo se anunciaban los pregoneros por el pueblo para vender sus productos.
[10] En mis conversaciones con el entrañable amigo Salvador Abreu me relato los productos los tipos de producto que se  vendían en el pueblo. Además, me señaló que su abuela le preparaba granos para consumo del hogar.
[11] Antonia Sáez,  Op. cit
[12] Véase el interesante artículo  del Dr. Miguel A. Beltrán titulado  La verdadera historia del grano en Humacao. Anales.  Núm. (26)  2013 p. 49-50.

martes, 11 de noviembre de 2014

Festival de Santa Cecilia


11 de noviembre de 2014 

Comunicado de prensa 

FESTIVAL DE SANTA CECILIA

La Junta de Directores del Centro Cultural Dra. Antonia Sáez invita al Festival de Santa Cecilia. Las actividades se llevaran a cabo en la Plaza de Recreo Luis Muñoz Rivera de Humacao los días 22 y 23 de noviembre de 2014.  

La Fiesta de Santa Cecilia Patrona de los músicos goza de una rica tradición en la ciudad de Humacao. Constituye sin duda alguna, uno de los acontecimientos culturales más relevantes del pueblo.  

Disfrutaremos de las presentaciones musicales del Grupo de Bomba  Desde Cero, Grupos de la Escuela Libre de Música de Humacao, Pablito Paredes y su Grupo Son de Aquí, La Orquesta Jíbara Dr. Francisco López Cruz, El Grupo Grito, Taller Criollo y cierra el Festival la Banda Municipal de Humacao. Además, habrá una misa dedicada a los músicos y en especial a los jóvenes músicos humacaeños, contaremos con exhibiciones de artesanías, Kioscos,  Festival de la Tiza, juegos infantiles, payasos y mucha diversión familiar.
Este año el Festival de Santa Cecilia se le dedica a la reconocida Prof. Myrna Pérez. Les esperamos para compartir durante este Festival que enaltece nuestras tradiciones de pueblo. 
 

Para más información pueden comunicarse a los teléfonos;

Tel. 787-637-0599, 787-209-8250,787- 402- 6333


varoramos@yahoo.com, felixbaezneris0@gmail.com

 http://centroculturaldraantoniasezdehumacao.blogspot.com

martes, 4 de noviembre de 2014

Visita del Prof. Olmedo Beluche.

De izq. a der Dr. Carlos Pérez, Prof. Orlando Beluche y Prof. Félix Báez Neris


Esta semana nos visita el Prof. Olmedo Beluche de la Universidad de Panamá. Ofrecerá varias conferencias sobre el tema del militarismo en Panamá. A continuación algunos datos sobre el visitante.

Olmedo Beluche. (Sociólogo, educador y político). Nacido en la ciudad de Panamá en 1958. Licenciado en Sociología por la Universidad de Panamá. (1989), Maestría en Estudios Políticos por la Facultad de Derecho en la Universidad de Panamá, Profesor de la misma institución. Desempeña funciones dentro de la Asociación de Profesores de la Universidad de Panamá y del movimiento popular organizado. Fue uno de los fundadores del Partido Socialista de los Trabajadores y actualmente del Movimiento Popular Unificado. Obras: Fenasep en el corazón del pueblo panameño (1990), La verdad sobre la invasión, (1990), Diccionario de sociología marxista (1993). Diez años de luchas políticas y sociales en Panamá (1994), Pobreza y neoliberalismo en Panamá (1995), Panamá proyecto o nación? (1997), La invasión a Panamá: preguntas y respuestas (1998), La verdadera historia de la independencia de Panamá (2003).

domingo, 2 de noviembre de 2014

Reseña a Reminisueño


Prof.Félix Báez Neris
Vicepresidente Centro Cultural
Dra. Antonia Sáez de Humacao



Desde mi apreciativa mirada a la obra Reminisueño  del maestro Julio César Ortiz,  les diré que la describo como  una reflexión necesaria y atinada.  Una reflexión centrada en una rica experiencia documentada sobre el programa educativo musical puertorriqueño. Es una lectura refrescante como un oasis dentro de la vorágine en que se encuentra el actual sistema educativo. 

Y me parece a mí que el  objetivo fundamental de la obra es levantar, presentar, anunciar, revelar, demostrar que si es posible concretizar una filosófica de la educación musical puertorriqueña transformadora. Julio lo puede evidenciar  con fundamentos y lineamientos prácticos y teóricos sustentados, ya que desde su larga y fructífera jornada como director de la Escuela Libre de Música de Caguas la fraguo con notabilísimo éxito. 

Julio entendió y luchó contra la marginalización del Programa Musical dentro del Departamento de Educación. Desde que inició en el magisterio, luchó contra la inercia tradicional  que mira de manera desvalorativa  la educación musical. Solo es considerada como una simple asignatura.  

Julio nos señala que en primer lugar siempre está agradecido de esa ayuda espiritual inequívoca. Bebió de las enseñanzas y sapiencia  de sus  maestros “Tilo” Cruz y  “Mister” Duclerc. Se crio y formó en una época dura de mucha pobreza material pero de mucha riqueza espiritual y social. Es un ejemplo de superación que supo siempre hacia donde estaba su norte. Viste orgullosamente su traje hecho de talento, laboriosidad, creatividad, sacrificio y dedicación. 

Como bien se reseña en su semblanza  y cito “Implantó un plan de trabajo para formalizar la labor docente. Departamentalizó y diversificó los ofrecimientos de la escuela. Se crearon 25 agrupaciones. De siete maestros que eran cuando comenzó de director, aumentó a 38, y de 90 estudiantes a 1,200”[1].  Como director de la Escuela Paoli por 43 años y 11 meses, promoviendo la metamorfosis de este centro de enseñanza”. La Escuela Paoli se convirtió en una de las mejores, más modernas y sofisticadas de los centros musicales del país. 

Una frase suya puede describir su tenacidad “el maestro de música tiene que funcionar como un general” Como bien lo hizo él que supo romper las barreras del prejuicio, incomprensión y dedicación en consecución de sus metas.  

En su reflexionar nos lleva por el pentagrama musical para que conozcamos, apreciemos e identifiquemos las notas, reconozcamos los patrones rítmicos y podamos leer  música con fluidez y hasta las corcheas con sus respectivos silencios. Con ese sonido armónico nos lleva por las interioridades de la pedagogía musical de manera magistral.  Hay que ser capaz de reconocer y  valorar las competencias. Hay que tener las herramientas de la perseverancia, estoicismo y luchar con tenacidad. Y es entonces comenzaremos a entrar al mundo maravilloso de la música. 

Julio nos atrapa en las notas musicales de Vivaldi para presentarnos sus mensajes de director, pensamientos y sus anécdotas aleccionadoras. Como aquella  donde nos relata como aquel Director Regional intentó desvalorizar el Programa Musical. Los invito a que la lean, está titulada “Oiga Mister acá entre no…”  

Julio con sus metas bien trazadas lideró el proyecto educativo modelo que catapultó a la Escuela Paoli. Implantó me parece a mí, tres aspectos fundamentales: el aspecto organizativo-administrativo, aquí nos señala el maestro Ortiz “Era difícil porque el Departamento de Educación siempre ha pensado que las Escuelas Libre de Música son escuelas regulares. Tuve muchas fricciones, pero al final, tomaba mis decisiones”, y cuando ustedes lean el libro van a encontrar las novedosas iniciativas para  la obtención de fondos y mejorar las instalaciones física del plantel, recursos y condiciones adecuadas de trabajo. Mando a construir  atriles de hierro para que ninguno de sus estudiantes se quedara desprovisto. 

En la fase formativa-artística utilizó todo las herramientas a su disposición para adelantar la propuesta educativa musical y artística de la escuela. Quien mejor que el para expresarlo cuando nos dice “nuestro equipaje contaba con el talento, amor por la enseñanza, compromiso profesional, la buena fe, la actictud correcta y la milla extra”. 

La tercera clave de su éxito descansa en la plena integración de su entorno, es decir una comunicación directa con la comunidad. Todo concertado a través de una gama de actividades y eventos  de intercambio y cooperación. Julio como líder excelente supo ganarse el respaldo de la comunidad y  con su atinado engranaje de la estructura administrativa logró echar hacia adelante el proyecto formativo y artístico de la Escuela con los resultados que todos conocemos. 

Julio nos dice lo siguiente “cuando un educador ha contribuido en la fundación, formación y efectiva administración de determinada escuela por 38  años, se enfrentará a situaciones emocionales intensas y encontradas. Tendrá que retirarse voluntariamente de la misma, si es que quiere sobrevivir como un ciudadano más o menos normal por el resto de su vida”.  

Es decir que Julio se acogió honrosamente a su jubilación con la plena satisfacción de su deber cumplido. Enhorabuena, Julio gracias por tu valioso legado.




[1] Véase la ley para denominar el Anfiteatro de la Escuela de Música “Antonio Paoli”de Caguas como Profesor Julio César Ortiz García. En http://www.lexjuris.com/lexlex/Leyes2007/lexl2007028.htm

Se viste la palabra de poesía, cuento y música en la Biblioteca Roig de Humacao

Festival de la Palabra


Prof. Félix Báez Neris
Vicepresidente del Centro Cultural
Dra. Antonia Sáez de Humacao


  

La gira por los centros culturales del Festival de la palabra concluyó en nuestro Centro Cultural Dra. Antonia Sáez el pasado 11 de octubre de 2014. La Biblioteca Roig fue el acogedor lugar de encuentro para El Junte de poetas humacaeños, El Junnte de escritores y artistas internacionales y por supuesto nuestros escritores invitados. Todos pudimos disfrutar de un ameno conversatorio entre lecturas de poesías, ensayos, novelas y con la nota musical de los Magos de Oriente.